El cantautor español inició su adiós a los escenarios después de más de 45 años de carrera, y lo hizo en el Auditorio Nacional, frente a 10 mil personas.
La despedida de los escenarios del cantautor Joaquín Sabina comenzó en el Auditorio Nacional de México, un lugar elegido para este momento histórico en la música, después de más de 45 años de trayectoria y miles de oyentes que se han dejado llevar por sus historias convertidas en canciones.
“Hola y adiós” fue el título elegido para este tour por el también poeta y pintor originario de Úbeda, España, quien celebrará su 76º cumpleaños el próximo 12 de febrero en nuestro país, después de ofrecer conciertos el 1, 4, 10 y, precisamente, el 12 de febrero en el recinto de Paseo de la Reforma.
Personas de 70, 60 y 50 años se dieron cita con sus mejores galas o con aquel pantalón de cuero, botas negras y chamarra de mezclilla que evocaron aquellos primeros años en los que escucharon al hoy ganador del Goya por Mejor Canción Original 2022, por Sintiéndolo mucho. Sin embargo, los más jóvenes tampoco faltaron, aunque quizá sin tanta sofisticación en su vestimenta, pero con el entusiasmo de escuchar a quien levantó la voz con su poesía y convirtió la música en su bandera ante el mundo.
El compositor comenzó su primer concierto anoche, a las 20:45 horas, con Un último vals, que iluminó las pantallas con un video, aún sin su presencia en el escenario.
Fue a las 20:48 horas cuando sus músicos se posicionaron bajo una luz azulada, lo que anticipó la llegada del cantautor.
Un minuto después, él apareció y una ovación estalló ante su saludo acompañado de una sonrisa. Se sentó, tomó la guitarra y comenzó a interpretar Donde habita el olvido.
Joaquín Sabina explicó que fue hace unos dos años cuando visitó México con su gira Contra todo pronóstico en 2023, y que, en esta ocasión, para su despedida, se hizo un esfuerzo por evitar repetir tanto el repertorio, buscando canciones que no habían sido interpretadas en sus giras anteriores, como Más de cien mentiras, con la que aprovechó para presentar a sus siete músicos.
Sabina reveló que, aunque siempre tuvo un talento y pasión por escribir canciones, no consideraba que tuviera la mejor voz para cantarlas, y pensó que sus músicos lo harían mejor que él: “Ahora me van a entender”.
Te podría interesar: Sam Smith rompe récord en la Feria de León
Con esta introducción, dejó a sus músicos y a su corista Mara Barros interpretar Camas vacías y luego a Jaime Asúa, quien presentó Pacto entre caballeros.
Medias negras y Una canción para la Magdalena convirtieron la velada en un refugio para cantar en conjunto, ya sea con la persona de al lado, de enfrente o de atrás.
Tras recitar su poema Puntos suspensivos, Sabina y Mara interpretaron Por el bulevar de los sueños rotos.
Mara, con un talento desbordante, abrió con Y sin embargo te quiero, un tema tan coreado por el público que Sabina agradeció el gesto.
Noches de boda fue dedicada a sus empresarios en México, René y Aurora, y fue seguida por el himno amoroso y despechado Y nos dieron las diez.
Ya eran las 22:32 horas cuando Sabina, junto con sus músicos, se despidió, agradeciendo al público con una sonrisa.
Pero, como era de esperarse, nadie se fue. Entre los repetidos gritos de “¡Joaquín, Joaquín!” y “¡Sabina, Sabina!” y las lucecitas de los celulares encendidas, que parecían estrellas, los músicos regresaron para interpretar La canción más hermosa del mundo, y Sabina cerró el concierto con Tan joven y tan viejo. La ovación fue de pie, larga y conmovedora, ante los ojos brillantes de un cantautor “tan joven y tan viejo”, tan excepcional ante tantas generaciones, que se quedó sin palabras por unos minutos, abrumado por las muestras de amor de su público.
Tras interpretar Contigo, Sabina agradeció: “Ha sido un enorme placer, como siempre, más que nunca”. Y así, con Princesa, dio punto final a este, su primer concierto de despedida, a las 22:57 horas.
Síguenos en X