El fiscal general de Estados Unidos, Jess Sessions, comparece ante la Comisión de Inteligencia del Senado para responder las preguntas sobre su papel en la destitución de James Comey como director del FBI, sus contactos rusos durante la campaña y su decisión de recusarse de una investigación sobre los posibles vínculos entre el Kremlin y los socios del presidente Donald Trump.
Sessions aseguró que nunca habló con el exdirector del FBI sobre su investigación, pero a su juicio había un serio problema en su desempeño por cómo actuó en el caso de los correos de Hillary Clinton.
Dijo que, por ello, el FBI necesitaba un “fresco comienzo”, por lo que apoyó la destitución de Comey.
Señaló que la sugerencia de que había participado en una colusión o que él sabía de una colusión del gobierno ruso, para lastimar a este país o para debilitar la integridad del proceso democrático es una “detestable mentira”.
Sessions negó que haya tenido conversaciones o encuentros con oficiales del gobierno ruso durante la campaña presidencial del 2016 o en cualquier otro momento.
“Nunca me he reunido ni he tenido ninguna conversación con ningún funcionario ruso o con ningún funcionario de ningún gobierno extranjero para influir en las elecciones de Estados Unidos”, aseguró.