Kato llevó a cabo la matanza el 8 de junio de 2008 y dijo a la policía que había ido “a Akihabara para matar gente
Japón ejecutó al autor de la “masacre de Akihabara“, uno de los sucesos más mortíferos y sonados de los últimos años en el país, en el que siete personas murieron y diez resultaron heridas en 2008 en el concurrido núcleo comercial de la electrónica en Tokio.
Tomohiro Kato, también conocido como el “asesino de Akihabara“, fue ajusticiado a los 39 años en la horca, como establece la ley japonesa, en el centro de detención capitalino donde se encontraba preso, informó en una rueda de prensa el ministro nipón de Justicia, Yoshihisa Furukawa.
Kato fue condenado a la pena capital en 2011 por atropellar mortalmente a tres personas con un camión y matar a otras cuatro a cuchilladas, en un incidente que conmocionó al país.
El ministro Furukawa dijo que Kato embistió “indiscriminadamente, dejando siete muertos tras una exhaustiva preparación”, en un caso “cruel” que “influyó significativamente en la sociedad” japonesa y explicó que firmó la orden de ejecución el pasado día 22 “tras considerarlo cuidadosamente”.
Kato llevó a cabo la matanza el 8 de junio de 2008 y dijo a la policía que había ido “a Akihabara para matar gente, no importaba a quien matara”. Tenía 25 años en el momento del ataque.
También podría interesarte: Japón detecta su primer caso de viruela del mono
El multihomicidio
El suceso tuvo lugar el 8 de junio de 2008, domingo. Kato irrumpió pasadas las doce y media del mediodía con un camión en Akihabara, una zona muy concurrida de la metrópolis especializada en tecnología, videojuegos y manga, y embistió a la multitud en su calle principal, que ese día estaba cortada al tráfico rodado.
Tras atropellar a cinco personas, de las que tres murieron, Kato se bajó del camión y apuñaló a una docena de paseantes, de los que cuatro perdieron la vida.
El suceso conmocionó a Japón, que prohibió hasta 2011 que ese área volviera a ser peatonal los domingos y es uno de los incidentes de la crónica negra del país más recordados a nivel global.
Según los fiscales, su autoestima cayó en picado después de que una mujer con la que chateaba en internet dejó de enviarle correos electrónicos de forma abrupta cuando le envió una fotografía suya.
Kato fue condenado a muerte en 2011 y en 2015 la sentencia se hizo firme tras el rechazo por parte del Tribunal Supremo de Japón de la última apelación posible de la defensa, que argumentaba que el reo no estaba en pleno control de sus facultades mentales en el momento de los hechos a causa de estrés psicológico severo.
Cuando ocurrieron los hechos, Kato trabajaba en una fábrica de piezas para automóviles en la provincia de Shizuoka, al oeste de Tokio, que llevaba a cabo un proceso de reducción de plantilla.
Según medios locales, tres días antes del suceso, abandonó la fábrica a gritos, temeroso de perder su empleo porque no encontraba su mono de trabajo. Al día siguiente ya no fue a trabajar.
Kato anunció sus intenciones en Akihabara a través de varios mensajes enviados a una página web especializada en contenidos para móviles.
Contenido relacionado:
Ataques en serie de macacos dejan 42 heridos en Japón
CAB