Si bien formó junto a su esposa Bernadette una pareja política indestructible, Jacques Chirac nunca ocultó su lado mujeriego
Jacques Chirac fue presidente de Francia entre 1995 y 2007 y anteriormente fue alcalde de París y primer ministro, jugando un papel clave para la derecha francesa gracias a sus doce años en el poder, en los que tuvo indiscutibles éxitos políticos y sonoros fracasos, de los que dejó en claro tener la habilidad de sobrevivir políticamente y resurgir de las cenizas.
Apenas conocida la noticia, la Asamblea Nacional y el Senado de Francia registraron un minuto de silencio por quien dentro y fuera de Francia, será recordado por su firme oposición a la guerra de Irak de 2003, el reconocimiento de la responsabilidad francesa en los crímenes nazis o sus advertencias ante el cambio climático.
Pero también por ser el primer presidente de la V República francesa condenado por un escándalo de puestos de trabajo ficticios cuando era alcalde de París.
Empezando su carrera política en 1965 al ser elegido concejal de un pequeño municipio del centro de Francia en la región rural de Corrèze, con solo 35 años se convirtió en el ministro más joven del gobierno conservador de Georges Pompidou, emprendiendo una carrera política relámpago que lo convirtió en diputado, ministro de Finanzas y luego primer ministro.
Su estilo bonachón era apreciado por los electores que lo catapultaron alcalde de París en 1975. Así, Jacques Chirac llegó a la presidencia francesa, el sueño de su vida para este hijo único de una familia burguesa parisina, tras dos fallidos intentos en 1981 y 1988, con sendas derrotas ante el socialista Francois Mitterrand.
Siendo finalmente electo en 1995, y nuevamente en 2002, dejó el poder en 2007, debilitado ya por un accidente cerebrovascular en 2005, sucediendole Nicolas Sarkozy; por quien no manifestaba el mismo fervor que su esposa Bernadette.
El expresidente Chirac estaba enfermo y no aparecía en público desde hace años, víctima de “pérdidas de memoria”. La última se remontaba a noviembre de 2014 en el Museo de Quai-Branly en París, que lleva su nombre desde entonces.
Muy popular después de haber dejado el poder, Jacques Chirac no siempre tuvo el apoyo de sus conciudadanos. Tras su derrota en 1988 contra Miterrand, su esposa Bernadette había dicho que “los franceses no querían” a su marido.
El principal daño a su imagen vino del terreno judicial. Durante la presidencia estuvo protegido por la inmunidad pero tras retirarse de la política tuvo que enfrentarse a la justicia. En 2011 fue condenado a dos años de prisión en suspenso.
Si bien formó junto a su esposa Bernadette una pareja política indestructible durante más de medio siglo, el expresidente francés Jacques Chirac, seductor empedernido, nunca ocultó su amor por las mujeres, su lado “mujeriego”.
“Tenía mucho éxito. Atractivo y muy juguetón, alegre, las chicas lo perseguían”, reconoció la que fue su esposa durante 63 años, en “Conversación”, un libro de confidencias sabiamente destiladas, publicado en 2001.
Periodistas, actrices, activistas: Jacques Chirac era muy discreto sobre sus conquistas, a las que recibía a menudo en un apartamento de soltero, informó en 2017 su fiel colaborador, Daniel Le Conte en su libro “Presidente, llegó la noche”.
“Cuando tenía una cita con una mujer, era al minuto”, cuenta un antiguo chófer del presidente. “Lo dejábamos y nos daba un horario exacto. Lo último que podíamos hacer era llegar tarde”. Esto le valió el apodo irónico de “cinco minutos, ducha incluida” en el mundillo parisino.
Chirac vivía en París con su esposa Bernadette en un apartamento a orillas del Sena prestado por la familia del exprimer ministro libanés Rafic Hariri. Solía pasar sus vacaciones en Marruecos.
El matrimonio Chirac tuvo dos hijas, Laurence, anoréxica desde su juventud y fallecida en abril de 2016, y Claude, que fue su consejera en comunicación.
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