Dentro de ambas posiciones existe pluralidad de planteamientos que en ocasiones están enfrentadas entre sí con posiciones autoritarias e intermedias
En el argot político existen términos que más que simplificar la comprensión de la ideología que se sigue, algunas veces causan más confusión. Las corrientes políticas que cambian como la marea de los océanos, se dicen pertenecer a un grupo para obtener su apoyo y a los cinco minutos cambian para buscar un beneficio diferente.
Ahí es donde nace la ambigüedad de términos y la ciudadanía, confusa, comienza a utilizar términos como izquierda o derecha, como si se trataran de sinónimos para las palabras bondad, maldad, peligro, esperanza, libertad, opresión.
Pero ¿qué significan realmente los términos izquierda y derecha? ¿Qué representan? ¿Son realmente extremos opuestos, o como en todo en la vida, cuentan con matices según la conveniencia de quien los utiliza?
Las nociones de derecha y de izquierda fueron utilizadas en el lenguaje político a partir de los sucesos ocurridos en 1789 cuando se gestó la Revolución Francesa.
Luego de la Toma de la Bastilla y la abolición del feudalismo, los insurgentes establecieron la Asamblea Nacional Constituyente que buscaba instaurar en la nación una ideología democrática así como la redacción de una Constitución que reconociera la igualdad de los hombres ante la justicia y sus derechos humanos.
Para tal efecto los delegados se reunieron en el parlamento francés para debatir sobre el peso de la autoridad real frente al poder de la asamblea popular, y los diputados partidarios del veto real, en su mayoría pertenecientes a la aristocracia o el clero, se agruparon a la Derecha del presidente, esta posición estaba ligada al hábito de ubicar allí los lugares de honor.
Por el contrario, quienes se oponían a este veto se ubicaron a la Izquierda autoproclamándose como “patriotas” u opositores, identificándose entonces la dicotomía derecha-izquierda que rápidamente se extendió por Europa en el siglo XIX, y a partir de 1830 también por América del Sur, y finalmente los países descolonizados de África y Asia.
Aunque la separación ideológica pareciera estar muy bien definida, adjudicándole a los derechistas adjetivos como autoritarismo, identidad nacional, orden, seguridad, tradición y conservadurismo, y a los izquierdistas lineamientos de progreso, igualdad jurídica, respeto a lo nacional y autóctono, insubordinación y reformismo; la verdad es que dentro de ambas posiciones existen pluralidad de planteamientos que en muchas ocasiones están enfrentados entre sí.
De esta forma nacen corrientes que se definen como liberales, conservadores, demócratas, socialistas, laboristas, republicanos, democristianos y socialdemócratas. Sin embargo, tanto en la izquierda como en la derecha encontraremos posiciones autoritarias, antiautoritarias y planteamientos intermedios.
Entre las principales ideologías políticas que existen dentro del universo de partidos de izquierda y derecha, encontramos:
La Derecha Política
La aproximación más cercana y exacta a esta postura, dada la facilidad con la que se adquieren pensamientos de otras corrientes, es aquella que busca amparar el elitismo o el mantenimiento de ciertas diferencias entre los miembros de la sociedad (sobre todo diferencias económicas); sin embargo, la igualdad social sigue siendo parte del proyecto político de la derecha, aunque sin la fuerza que se puede observar en la política izquierdista.
Entre los tres movimientos de derecha más importantes en la historia reciente de Europa y el mundo capitalista tenemos al liberalismo, el conservadurismo y el fascismo.
Liberalismo
Movimiento ideológico que defiende el libre mercado e intenta evitar, en lo posible, la intervención del Estado en la economía y en la sociedad civil. Este movimiento considera que la libre iniciativa y la competencia son los motores que crean riqueza social; por lo tanto, la intervención del Estado es entendida como una injerencia totalitaria que entorpece la libre demanda del mercado.
Para el liberal los derechos individuales son fundamentales. El derecho a la propiedad de los individuos y los colectivos debe ser respetado por el Estado que no debe tener autoridad, o tenerla en mínima medida, a través de la utilización de impuestos. Los servicios sociales deben ser dejados en mano de particulares, ya que si están en manos del Estado se produce una competencia desleal y, además, impide el crecimiento económico del colectivo.
Muchos liberales, aun cuando se encuadren dentro de la derecha, mantienen posturas tan aparentemente de izquierda como el derecho al aborto, al matrimonio homosexual o el consumo y venta de drogas; esto es porque todos los derechos anteriores son derechos individuales sobre los que el Estado no tendría por qué entrometerse.
El liberalismo más extremo y muy poco usual en Europa es el minarquismo. Este movimiento propugna un Estado mínimo que sirva únicamente para defender la propiedad y la libertad de los individuos. El control del Estado sobre los medios de transporte, sanidad, educación o sobre el mercado debería desaparecer.
Conservadurismo
Movimiento ideológico que defiende valores familiares o religiosos y se muestra cauto ante las innovaciones sociales; no obstante, el conservadurismo, excepto en extremos muy minoritarios, no es contrario a la innovación científica y tecnológica.
Aunque se alía frecuentemente con partidos liberales, el conservadurismo, tradicionalmente, no se ha opuesto al intervencionismo del Estado en asuntos económicos. Aunque dentro del conservadurismo hay muy diversas corrientes, generalmente este movimiento se muestra favorable a la intervención del Estado en asuntos como la sanidad, educación y recursos sociales básicos. De este modo, el conservador considera al Estado como un garante más de la familia y del orden social naturalmente establecido.
El conservadurismo también suele ser nacionalista y defiende la identidad nacional del grupo social, combatiendo las innovaciones culturales foráneas. Muchos partidos políticos que luchan por la independencia de una región son conservadores y, por lo tanto, de derecha.
La familia tradicional es otro valor importante para el conservadurismo. La defensa de esta institución es una pieza clave en el discurso político del conservador. Además el conservadurismo acentúa el papel social del individuo: cada persona pertenece a una colectividad ante la que es un sujeto moral responsable.
En Europa la corriente conservadora más importante es la democracia cristiana, la cual defiende la tradición cristiana y las costumbres asociadas de ella. La política democristiana considera que el Estado debe cuidar y proteger a los más desfavorecidos con un sistema de asistencia pública, aunque su moral pública tiene matices católicos que la hacen oponerse al aborto, la eutanasia, la legalización de las drogas, el matrimonio homosexual, etc.
Fascismo
Este movimiento político surgió a principio del siglo XX. Su ubicación dentro de la derecha es rechazada por algunos autores pero el uso común es considerarlo un movimiento de extrema derecha dada su férrea postura a discursos tradicionalistas.
A diferencia de los otros movimientos derechistas, el fascismo no considera a la democracia capitalista un modelo político-económico válido, sino que propone una sociedad fuertemente jerarquizada y militarizada, así como un nacionalismo ferviente.
En lo económico el fascismo propone diversos modelos pero todos ellos coinciden en un fuerte intervencionismo estatal, con un sistema asistencial en mayor o menor medida.
Los derechos individuales, para esta corriente, son dependientes de los derechos colectivos y no son, en ningún caso, derechos inalienables. El deber del individuo hacia su patria es absoluto. El nacionalismo impregna buena parte de la práctica política del fascismo, siendo el engrandecimiento de la patria e incluso la conquista de otros territorios, objetivos políticos recurrentes del discurso fascista. Frecuentemente el fascismo llega, al defender un nacionalismo a ultranza, al racismo y la discriminación social.
Junto con el nacionalismo, el autoritarismo es otro rasgo sobresaliente del fascismo. La sociedad está, más o menos, rígidamente jerarquizada y los roles sociales se encuentran muy bien definidos. El ejército y la vida militar son idealizadas y se convierten en un referente para la sociedad.
La Izquierda Política
Al igual que la derecha, la izquierda política oscila entre un mayor o menor autoritarismo. A diferencia de la derecha plantea la igualdad social como meta prioritaria de su programa político, aunque en muchas ocasiones esa igualdad se consiga a costa de algunos derechos individuales como el de propiedad o el de libertad de empresa.
También como la derecha, los movimientos políticos izquierdistas tienen posiciones diversas sobre el capitalismo y la democracia. Para algunos el capitalismo es un sistema válido aunque es precisa la intervención del Estado para garantizar la igualdad social; mientras que para otros grupos izquierdistas el capitalismo es un sistema intrínsecamente perverso que debe ser transformado de raíz. Aquí te presentamos las tres principales.
Socialdemocracia
En el siglo XIX surgieron en Europa movimientos obreros que proponían la redistribución de la riqueza entre la población a través de la revolución social. Frente a este socialismo revolucionario, la socialdemocracia nació a finales del XIX como un intento de conseguir la redistribución de las riquezas y una mayor igualdad social a través de elecciones democráticas.
Esta corriente se ha mantenido más o menos alejada de las concepciones revolucionarias y utopistas de otros movimientos de izquierda, y defienden la democracia burguesa como sistema político válido.
En lo económico defienden un capitalismo reformado. Para el socialdemócrata, aunque el capitalismo es el sistema económico imperante y ha aportado beneficios indudables, no concuerdan con la tesis liberal que señala que el capitalismo genera por sí mismo felicidad a las masas. Para ellos la avaricia de los ricos o la desigualdad de oportunidades hacen que en el capitalismo sin regulación, surjan estratos de población de desheredados que mal viven en la miseria, por lo que el estado debe velar por estos sujetos más débiles y regular el mercado y subsanar estas irregularidades.
La socialdemocracia junto con los conservadores son defensores del Estado del bienestar, según el cual el estado debe proveer a los ciudadanos de los servicios asistenciales básicos por medio de un incremento a los impuestos para mantener los servicios asistenciales, y lograr una igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos independientemente de sexo, raza, religión u orientación sexual.
El programa socialdemócrata suele acoger el reconocimiento de derechos para las minorías como homosexuales y personas con discapacidad, o para colectivos marginados como indígenas, inmigrantes y mujeres.
Comunismo
Propone la máxima igualdad social posible, la cual es inviable dentro de un sistema democrático burgués y capitalista. La democracia capitalista es incompatible con el comunismo ya que, desde la interpretación comunista, en las democracias burguesas los órganos del poder y de los medios de comunicación son ocupados por la élite económica o sus fieles vasallos que promueven los valores y la ideología de tales élites.
En los regímenes comunistas el Estado posee los medios de producción de riqueza como las fábricas; los obreros dan la mayor parte de la fuerza de su trabajo al Estado pero a cambio reciben de este alojamiento, trabajo, comida y transporte de forma gratuita o a precios muy baratos; alejando conceptos como el paro laboral o la pérdida de vivienda por embargo bancario.
En los países comunistas existe un solo partido, el partido comunista, que es el que toma las decisiones y delibera. Como todo el mundo puede entrar a formar parte del partido, los comunistas no creen que se esté negando la participación política a nadie. Por lo tanto, en los países comunistas no existe libertad de prensa como se entiende en los países capitalistas. En ocasiones hay censuras y no se puede criticar abiertamente al régimen sin ser acusado de “traidor a la patria”.
Anarquismo
Al igual que el comunismo, el anarquismo suele ser considerado un movimiento izquierdista revolucionario; sin embargo, los anarquistas pretenden llegar a la igualdad social mediante la revolución de otro nivel.
El anarquismo es respetuoso con los derechos individuales que no dañen la economía colectiva; por esta razón no reconoce al individuo derecho a la propiedad de los medios de producción. Los movimientos anarquistas, por lo tanto, reconocen la igualdad de derechos de todos y la máxima amplitud de estos derechos.
El anarquismo critica al capitalismo por las mismas razones que el comunismo. El capitalismo promueve la desigualdad social y la depredación de los más poderosos (ricos) sobre los más débiles (pobres). En tanto que el motor del capitalismo es la acumulación de capital y deja a una capa de población sin parte en la riqueza social.
El anarquismo también critica al Estado al considerarlo una estructura política creada bajo la base de que unos hombres deben dominar sobre otros y dirigir sus destinos. Desde la perspectiva anarquista no es posible la igualdad social mientras persistan este tipo de estructura del poder, por esta razón el anarquismo propone la destrucción del Estado y su sustitución por comunas independientes en las que la democracia sea directa y no representativa; es decir, que cada asamblea posea el derecho de hablar y votar sobre los asuntos a debatir.
Económicamente, los medios de producción pertenecerán al colectivo de la comuna quien decidirá cómo utilizarlos, obviamente, para el bien común.
En México, al menos en su declaración de partidos, la política de izquierda se encuentra en el Partido Revolucionario Institucional (PRI) quien se define como socialdemócrata; el Partido de la Revolución Democrática (PRD) que pertenece a la Internacional Socialista; el Partido del Trabajo (PT) que se define como socialista-laborista; Movimiento Ciudadano, que al igual que el PRI, es un partido socialdemócrata; el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) que se considera reformista y de izquierda; y Nueva Alianza (Panal) que se define como de centro o centro izquierda con ideología socio liberal, progresista y está a favor de la libertad económica y pertenecer a la Internacional Liberal.
Por otra parte, dentro de los partidos de derecha o conservadores tenemos al Partido Verde Ecologista de México (PVEM), Partido Encuentro Social (PES) y el Partido Acción Nacional (PAN).
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