El papa Francisco le rindió homenaje en un tuit: “Dante, profeta de la esperanza y poeta de la misericordia”
Siete siglos después de la muerte del gran poeta florentino Dante Alighieri, Italia debate esta semana sobre la vigencia de la Divina Comedia, la obra cumbre de la literatura universal, que ha impregnado desde la Edad Media los corazones y las mentes de los italianos.
Considerado el padre de la lengua italiana, el “poeta supremo”, como suele ser llamado, nacido en Florencia el 29 de mayo de 1265 y fallecido en Rávena, el 14 de septiembre de 1321, ha sido recordado con ocasión del primer “DanteDi”, el día de Dante, fijado todos los 25 marzo por decisión del ministerio de Cultura italiano para recordar su obra y figura.
Los principales diarios italianos dedicaron sus páginas culturales a ese monumento nacional, quien figura desde hace siglos en el panteón de los artistas inmortales junto con Miguel Ángel, Rafael y Leonardo da Vinci.
Célebres intelectuales, filólogos, estudiantes, han analizado la obra del poeta más importante de la literatura medieval para animar entre otras su lectura y valorizar su mensaje universal.
“La coherencia de Dante debe ser una lección para todos, en particular para los políticos”, estimó el presidente de la República, Sergio Mattarella, gran admirador del poeta florentino.
El recorrido imaginario de redención, descrito en cien cantos en endecasílabos y escrito en dialecto florentino del siglo XIV y no en latín, con su Infierno, Purgatorio y Paraíso, ha sido comparado con la Odisea de Homero y el Quijote de Cervantes.
“Desconcierta por ser un texto tan actual, extremadamente moderno”, sostiene con la AFP el crítico literario Piero Dorfles, responsable durante años de un célebre programa de la televisión pública dedicado a los libros.
“Te das cuenta, 700 años después, que percibió cosas que aún no se entreveían como la separación de poderes entre la Iglesia y el Estado, el valor de los grandes mitos del pasado para explicar temáticas íntimas, –como lo hizo siglos más tarde Sigmund Freud– y la necesidad de hablar con los otros, con los diferentes”, resumió.
Dante, que dedicó tanto tiempo a la literatura como a la política, por lo que tuvo que exiliarse de Florencia por orden del papa Bonifacio XIII, tras cuestionar su excesivo poder terrenal, es considerado por algunos “un pensador laico” en contraposición a la cultura dominante en esa época, la del clérigo.
Por ello resulta interesante que el papa Francisco le rindiera homenaje en un tuit: “Dante, profeta de la esperanza y poeta de la misericordia”, escribió el pontífice argentino.
“Representa el patrimonio de ideales y valores propuestos aún hoy por la iglesia y la sociedad civil como base de la convivencia humana”, explicó Francisco en una carta apostólica en la que repasa la posición de varios pontífices sobre Dante, subrayando la actualidad, perennidad y profundidad de la fe en la Divina Comedia.
Sin embargo, la mezcla de fantasía con filosofía, de aventura con teología, de escatología con chisme, de profecías colectivas con venganzas personales en su obra más importante ha sido fuente de críticas, aún si pocas.
“Atacar a Dante es fruto de ignorancia”, reaccionó el director del museo florentino de los Oficios, el alemán Eike Schmidt, molesto por la polémica generada por el diario de su país Frankfurter Rundschau contra el “sommo poeta”.
Para el autor del controvertido artículo, los versos de Dante son incomprensibles, deben ser explicados al lector, no representan una novedad literaria y su importancia es relativa.
“Es menos moderno que Shakespeare”, sostiene el autor, Arno Widmann, desatando todo tipo de reacciones indignadas en Italia.
Lo que confirma el amor de los italianos por el gran escritor, que se estudia con devoción en todas las escuelas, como un mapamundo de los valores de un planeta globalizado.
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AFG