El incidente se produjo en un momento de gran tensión en la frontera entre Gaza e Israel y se esperaba una contundente respuesta de las autoridades israelíes
Aviones israelíes bombardearon Gaza el martes, horas después de que insurgentes de la Franja lanzaron más de 25 proyectiles de mortero hacia comunidades en el sur de Israel, en el mayor incidente registrado en la zona desde la guerra que enfrentó a Hamas, el grupo que gobierna el territorio, con Israel en 2014.
Los proyectiles insurgentes, que no causaron heridos, fueron interceptados en su mayoría por el sistema de defensa israelí Cúpula de Hierro, explicó el ejército de Israel, aunque uno cayó cerca de un jardín de infantes poco antes de su apertura.
El incidente se produjo en un momento de gran tensión en la frontera entre Gaza e Israel y se esperaba una contundente respuesta de las autoridades israelíes.
“Israel cobrará un alto precio a aquellos que buscan hacerle daño y consideramos a Hamas es el responsable de prevenir estos ataques”, dijo el primer ministro, Benjamin Netanyahu, tras el ataque.
Poco después de la advertencia, la aviación israelí comenzó a bombardear lo que según funcionarios de seguridad en Gaza era un campo de entrenamiento del grupo insurgente Yihad Islámica.
Pudo verse una columna de humo cerca de la localidad de Deir al-Balah, en la costa, y el Ejército dijo que las explosiones registradas en la zona estaban relacionadas con su actividad. No se reportaron heridos.
Un portavoz del ejército, Jonathan Conricus, dijo a la prensa que el ataque con proyectiles contra Israel desde la Franja de Gaza y la respuesta israelí son los más importantes desde la guerra de 2014.
“Ha sido una mañana realmente aterradora”, señaló Adele Raemer, que vive en la comunidad de Nirim.
El ministro israelí de Defensa, Avigdor Lieberman, se reunió con la cúpula militar del país en Tel Aviv para abordar la situación.
Las tensiones en la frontera aumentaron en las últimas semanas por las multitudinarias protestas de los palestinos, que piden el final del bloqueo impuesto por Israel y Egipto en 2007.
Más de 110 palestinos fallecieron por fuego israelí, la mayoría durante las marchas lideradas por el grupo insurgente. Las protestas tuvieron su punto álgido el pasado 14 de mayo, coincidiendo con la inauguración de la nueva embajada de Estados Unidos en Jerusalén.
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