A partir del próximo año, la mayoría de los migrantes comenzará su vida en un destino diferente al que tenían planeado al inicio, con trabajo y, probablemente, separados de su familia y amigos
El 12 de octubre de este año un grupo de centroamericanos, principalmente originarios de Honduras, comenzaron la primera caravana de migrantes con destino a Estados Unidos, misma que llego a la Ciudad de México el 4 de noviembre; una vez aquí, los migrantes fueron albergados en el deportivo de la colonia Magdalena Mixhuca, en la alcaldía Venustiano Carranza.
Días más tarde continuaron su camino con la esperanza de poder atravesar la frontera hacía Estados Unidos. Con el paso de los días a este grupo se le fueron sumando más centroamericanos; sin embargo, a finales del mes de noviembre, cerca de 184 migrantes que permanecían en el Foro Tláhuac comenzaron con los trámites necesarios para poder regularizar su estancia legal en nuestro país.
Se estima que en este mismo Faro ingresaron poco más de 403 migrantes (300 hombres, 68 mujeres y 35 niños), los cuales contaban con servicios de salud, alimento, seguridad, actividades de esparcimiento y asesoría por miembros de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México.
Actualmente sólo quedan 65 personas dentro de este campamento, mismas que pretenden abandonar el lugar a más tardar el este jueves 28 de diciembre; esto debido a que en días anteriores diferentes empresas acudieron al Faro Tláhuac para ofrecerle a los migrantes empleos como guardias de seguridad, obreros, ayudantes en albañilería, así como dentro del sector hotelero, restaurantero y en maquiladoras.
A raíz de esta oportunidad muchos tuvieron que trasladarse a otros estados, principalmente Guadalajara, Chihuahua y Monterrey; otros simplemente decidieron quedarse en la capital del país en busca de otras oportunidades. De esta manera, a partir del próximo año, la mayoría de los migrantes comenzará su vida en un destino diferente al que tenían planeado al inicio, con trabajo y, probablemente, separados de su familia y amigos. Sin embargo, muchos de ellos no pierden la esperanza de cruzar hacia Estados Unidos.
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