Cuántas veces no hemos escuchado y utilizado la expresión,: “Los niños de ahora ya nacen con un chip integrado”, pero ¿qué tan beneficioso es tener pequeños androides de carne y hueso pegados a dispositivos digitales?
Para muchos de nosotros se ha vuelto una escena común el ver a niños menores de cinco años manejar con destreza y habilidad sorprendente diferentes dispositivos móviles de comunicación.
Los pequeños saben cómo dominar las nuevas tecnologías y no temen en aprender la funcionalidad de nuevas redes, aplicaciones u aparatos de interacción mundial. Desde teléfonos inteligentes hasta tabletas y juegos de consola, no es inusual ver a un niño de uno o dos años deslizar de forma intuitiva las pantallas y presionar los botones con seguridad.
Muchos padres y cuidadores disfrutan de la paz momentánea que produce darle a un pequeño un aparato para que juegue en silencio, sin pensar en los peligros que puede traer el dejarlos frente de la pantalla.
Sin satanizar ni condenar a quienes se apoyan de ellos para poder realizar alguna actividad o enseñarles alguna nueva destreza; es la regulación, la orientación y la vigilancia sobre su uso en estas herramientas, las que permitirán que nuestros pequeños no se conviertan en pequeños androides de carne y hueso desinteresados e incapaces de vivir en un mundo que no sea virtual.
Actualmente, existen muchos juguetes tecnológicos y dispositivos que pueden ser beneficiosos para el aprendizaje. Un estudio de la Universidad de Wisconsin, en Estados Unidos, descubrió que los niños de entre dos y tres años eran más propensos a responder a pantallas táctiles que a las que no requieren de interacción, como la televisión.
Según la investigación, mientras más interactiva y más real sea la pantalla, más familiar se siente desde la perspectiva de un niño de dos años.
No obstante, también existen estudios que demuestran que el uso excesivo de estos aparatos no mejora la calidad de enseñanza sino que los convierte en personas dependientes de estas tecnologías.
Helen Moylett, presidenta de la fundación Early Education, en Reino Unido, señala que la mayor preocupación referente al uso de aparatos es el ejemplo que los mayores realizan a los niños. “Veo a padres enviando mensajes de texto mientras caminan. Muchas veces están enganchados a sus aparatos, que se convierten en una barrera de comunicación con sus hijos”, destacó.
Un estudio reciente de la escuela de educación de la Universidad de Stirling, en Escocia, descubrió que la actitud de la familia en casa respecto a la tecnología era un factor importante en la relación del niño con ella.
Según Christine Stephen, autora del estudio, la mayoría de los padres entienden los peligros de la adicción y la pasividad, por lo que implementan reglas para establecer horarios al frente de la pantalla que asegure que el niño tenga una variedad de actividades tanto dentro como fuera de casa. Pero existen otros expertos que no están de acuerdo.
El psicólogo Aric Sigman ha declarado con frecuencia que los niños están más expuestos que nunca a la pantalla y que este hábito debe ser cambiado, pues podría llevar a la adicción o depresión.
Sigman calcula que los pequeños que nacen ahora pasarán el equivalente a un año pegado a las pantallas antes de cumplir los siete años.
Por ello, hagamos un balance sobre las ventajas y desventajas de utilizar y dejar utilizar a nuestros pequeños las nuevas tecnologías con las que convivimos todos los días.
Ventajas
- Acceso a contenidos adaptados y útiles. Los niños pueden aprender mucho a través de aplicaciones y contenido específico en Internet de forma sencilla y directa. Para los padres, poder seleccionar un contenido adecuado es una gran ventaja frente a otras fuentes de entretenimiento como la televisión, en la que no podemos controlar su parrilla. Hay aplicaciones de series, de documentales, de películas, en las que podemos hacer una lista cerrada de reproducción y controlar al 100 por ciento lo que ve el niño sin preocuparnos de que vea algo poco adecuado.
- Entretenimiento no aislado. Que un niño use una aplicación o un dispositivo para entretenerse no significa que tenga que estar solo. Puede jugar con su familia, con sus amigos e incluso, con personas de todo el mundo, siempre con control en este último caso. Puede socializar y encontrar intereses comunes a través de estos juegos.
- Mejora de la atención, lectoescritura, memoria, cálculo mental. Muchas aplicaciones están creadas con el fin de estimular la educación de los niños y algunas parcelas concretas de su aprendizaje mediante juegos y cuentos.
Inconvenientes
- Niños aislados. Aunque puede evitarse, un niño frente a una tablet o un smartphone con una serie es un niño que no habla, que no se relaciona durante ese rato, que mantiene sus ojos pegados a la pantalla y que no quiere jugar a nada.
- Entretenimiento fácil vs Entretenimiento difícil. La aplicación ofrece todo lo que el niño necesita sin que él tenga que trabajar. En cambio, cuando el niño juega solo, necesita estimular su creatividad e imaginación para poder divertirse. Ese ‘esfuerzo’ tan positivo puede dar pereza al niño, que con un dispositivo electrónico lo tiene todo más fácil.
- Adicción. Los expertos están de acuerdo con que los dispositivos electrónicos pueden causar adicción y dependencia, sobre todo si el uso de estos aparatos se hace sin ningún tipo de límites.
- Contenido no apto. Sin la supervisión adecuada, el niño puede acceder a contenido no permitido (violento, íntimo) con facilidad, trayendo consigo todos los problemas que ello supone.
- Obesidad y problemas posturales. Un menor que no juega con otros niños, que no hace deporte y que pasa todo su tiempo de ocio encerrado en casa jugando con dispositivos es un niño con un riesgo muy alto de padecer sobrepeso y problemas posturales.
Además de lo anterior, existen peligros extras a los que los niños se pueden enfrentar con el uso de dispositivos y redes sociales. De las “nuevas formas” de comunicarse han surgido nuevos riesgos o formas de acoso con un impacto fatal.
- Grooming. Una práctica a través de la cual un adulto se gana la confianza de un menor con un propósito sexual.
- Sexting. El sexting o intercambio de fotografías o vídeos con contenido erótico entre los propios jóvenes con las que luego llegan a extorsionarse causando daños psicológicos importantes.
- Ciberbullying. El acoso entre menores que en Internet, por su carácter global, puede llegar a generar mucho daños no sólo al menor sino a su familia y amigos.
Los especialistas recomiendan a los padres de familia controlar en todo momento el uso y abuso de tecnologías y redes sociales.
El desarrollo de la telefonía móvil y de los conocidos como Smartphones permite que los jóvenes puedan tener acceso a Internet en su bolsillo. La edad media de inicio en la telefonía móvil por parte de los menores a nivel mundial se sitúa entre los 10 y los 12 años; aunque la mayoría de los menores accede a internet desde su casa o en la calle a partir de los 7 años.
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