La llegada al poder de Xi Jinping en 2013 trajo consigo una dura represión en contra de las congregaciones religiosas en China.
El régimen de China está incrementado de gran manera su represión contra las agrupaciones cristinas en Beijing y otras provincias del país. Dejando a su paso iglesias y cruces destruidas, biblias quemadas, propiedades confiscadas, religiosos encarcelados o desaparecidos.
La persecución contra los cristianos en China no se detuvo ni aún con la pandemia por el Covid-19. El gobierno aprovechó las medidas de aislamiento para acelerar el hostigamiento a las comunidades religiosas.
Dicha represión ha aumentado en un contexto donde el cristianismo y el islam resurgen en el país. Siendo dichas religiones asociadas a minorías étnicas o culturales que han tenido diferencias contra las autoridades estatales.
Cristianismo en China:
Un especialista en el cristianismo en la China moderna de la Universidad Duke, Xi Lian, declaró que la campaña de persecución a los cristianos busca la asimilación a la cultura china y lealtad al Partido Comunista, oficialista y ateo, el cual busca eliminar todo aquello que desafíe su poder.
De acuerdo a Bitter Winter, los casos más recientes giran en torno a los fabricantes de estatuas religiosas reprimidos en el condado de Quyang e iglesias protestantes destruidas a finales de mayo en Henan. “Es difícil determinar el alcance de la persecución”, declara el profesor Lian. “Pero sabemos que es profunda”.
La ONG Open Doors estimó en 2020 cerca de unos 97 millones de cristianos, entre católicos y protestantes en China. El sacerdote Gianni Criveller, misionero y sinólogo del Pontificio Instituto para Misiones Extranjeras determinó que en 2018 había alrededor de 70 millones de chinos cristianos, incluidos 12 millones de católicos.
De los 12 millones de católicos, la mitad se reconoce como parte de la Asociación Patriótica Católica de China. Se trata de una congregación regulada por el gobierno y en la cual impone a sus miembros restricciones para practicar la fe en el país.
La situación vivida en China condujo a la creación de iglesias caseras, las cuales fungen como un centro de fe para los creyentes del país, dichos lugares disfrutaron de un periodo de tolerancia relativa y limitada tras el gobierno de Mao Zedong.
Represión en el gobierno de Xi Jinping:
Todo cambió para los creyentes chinos con la llegada al poder de Xi Jinping en 2013, siendo el actual mandatario del país y quién desató una campaña de represión contra las organizaciones religiosas.
La causa del hostigamiento a los feligreses tiene que ver principalmente con un contexto de represión a las minorías étnicas. De igual manera el activismo político relacionado a las comunidades religiosas preocupa al régimen. La razón es que la mayoría de los pastores son abogados y activistas por los derechos humanos, lo que puede derivar en una herramienta de cambio en el país.
Tras estas situaciones de represión diversas organizaciones y activistas han demandado una respuesta más fuerte por parte de la comunidad internacional ante los ataques de feligreses.
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