Un rayo puede liberar una cantidad de energía que oscila entre 1,000 millones y 10,000 millones de julios, acompañado por una corriente eléctrica que puede alcanzar hasta 100 millones de voltios.
El estruendo fue horroroso. Gabriel Jonathán Berón estaba con cuatro amigos en un parque en San Luis, Argentina, cuando un rayo lo alcanzó. Después del impacto, sus amigos salieron corriendo, aterrorizados por lo ocurrido. Esos segundos les parecieron una eternidad.
Regresaron al lugar donde Berón había sido alcanzado por el rayo y lo encontraron tendido en el suelo. Estaba inmóvil. Se preguntaron si estaba muerto.
De inmediato, pidieron una ambulancia. Un rayo puede liberar entre 1,000 y 10,000 millones de julios de energía, con una corriente de hasta 200,000 amperios y 100 millones de voltios. Es prácticamente letal.
Gabriel Jonathán Berón fue trasladado de urgencia al Hospital Verónica Bailone, donde ingresó con un diagnóstico médico que no fue divulgado al público.
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Los amigos de Gabriel mencionaron que al regresar para socorrerlo, “parecía estar sin vida”.
El informe médico del Hospital Verónica Bailone les brindó esperanza: Gabriel seguía con vida.
Fueron momentos llenos de angustia e inquietud. El diagnóstico reservado les hizo temer lo peor, pero los médicos enfatizaron: “El paciente está estable y bajo control. Si todo sigue así, se considera trasladarlo a una sala común en las próximas 24 o 48 horas”.
Todavía están a la espera de que las hermanas se reúnan con Gabriel y sea él quien les confirme que todo ha sido simplemente una pesadilla. Está vivo, y son muy pocos los que pueden sobrevivir a una situación como la que este joven de 26 años enfrentó.