La sierra este de Bolivia se ha visto severamente afectada por lo que han declarado estado de “desastre departamental”
Más de 460.000 hectáreas de bosque han sido afectadas por un incendio forestal en la región de Santa Cruz de la Sierra ubicada al este de Bolivia, informó este domingo su gobernador Rubén Costas, que se vio obligado a declarar “desastre departamental” para movilizar más recursos.
“Son 468.904 hectáreas de bosques que han sido afectadas”, dijo Costas en un último recuento del incendio.
A través de su cuenta de Twitter, el presidente boliviano, Evo Morales, aseguró que las autoridades nacionales están haciendo un “seguimiento permanente a los focos de incendio en Santa Cruz”.
“Pedimos a la población colaborar y acatar todas las medidas preventivas”, agregó Morales.
Estos incendios forestales comenzaron hace unos diez días, según información difundida por gobernación. Los municipios declarados en “desastre” por los incendios son Roboré y San Ignacio de Velasco, aunque también se llevan a cabo labores para controlar el fuego en otras localidades como San Rafael, Charagua, Concepción, San Matías y San José de Chiquitos.
El incendio de mayor magnitud se registra en Roboré, donde trabajan instructores de bomberos forestales de la Gobernación, bomberos voluntarios, técnicos de municipios, militares y personal de Defensa Civil para proteger a las comunidades que pudieran verse afectadas.
También están en peligro comunidades como San Ignacio de Velasco, San José y Concepción son parte de la Chiquitania, una de las principales zonas turísticas de Bolivia donde están asentadas las misiones jesuíticas, declaradas patrimonio de la Unesco y consideradas de las mejor conservadas de América.
Autoridades están preocupadas por la posible llegada del fuego a la reserva forestal de Tucavaca, cerca de Roboré, que protege una porción del “bosque seco chiquitano”, además de fuentes de agua que son la base del sistema hídrico regional.
Según la autoridad regional, “casi el cien por ciento de estos incendios son provocados por los hombres” mediante la quema de basura en las ciudades o el “chaqueo”, una práctica agraria de quemas de vegetación para preparar terrenos de cultivo y pastoreo.
A ello se suman las ráfagas de viento de 80 o 90 kilómetros por hora que se han registrado en Santa Cruz, con lo que “no hay poder humano que lo pueda detener”, indicó.
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