Los cuerpos encontrados mostraban señales de decapitación
Arqueólogos del INAH descubrieron una veintena de entierros humanos consagrados a un templo de la zona de Moral-Reforma en Tabasco, en la plaza oriente de la antigua ciudad.
El primer hallazgo estaba a los 35 y 57 centímetros de profundidad, contiene 13 entierros entre cráneos humanos masculinos, fragmentos de mandíbulas y huesos de extremidades, de los cuales al menos ocho pudieron ser decapitados y parte de sus cuerpos desmembrados y colocadas de forma separada, para consagrar el templo.
Éstos datan del periodo clásico tardío (600-900 d.C.), es decir, cuando el sitio arqueológico se consolidó como enclave en el control de la navegación, el intercambio cultural y de mercancías entre los pueblos mayas del Petén guatemalteco y los asentados en la costa del Golfo de México.
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El segundo grupo fue encontrado debajo del primero, el cual podría tener cerca de dos milenios de antigüedad e incluye 567 piezas entre cuentas de concha y jade que debieron conformar sartales, anillos de concha, puntas de proyectil, vasijas, caracoles perforados y agujas de hueso, en el preclásico tardío (300 a.C.-250 d.C.).
Sobre ambos hallazgos, realizados en el marco del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza), el arqueólogo Francisco Apolinar Cuevas destacó que los cráneos recuperados son en su mayoría de adultos jóvenes masculinos y muestran deformación tabular oblicua, “rasgo físico que se obtenía de manera intencional, mediante el entablillado de la cabeza a temprana edad, lo cual elevaba el estatus de los individuos en la sociedad maya precolombina”.