Debido a la muerte de Ian Curtis, Joy Division sólo grabó dos álbumes completos de estudio: Unknown Pleasures en 1979 y Closer en 1980.
Década de los 50, aún pervivía la desazón de la Segunda Guerra Mundial. Una Inglaterra victoriosa sobre el nacionalsocialismo crió a una generación de jóvenes marcados por la deprimente visión apocalíptica y panorama desalentador en el viejo continente.
En este contexto, aparece Ian Curtis en 1956, Macclesfield, Inglaterra. Una vida que danzó alrededor de la muerte y coqueteaba con el riesgo desde temprana edad.
Fiel admirador de Iggy Pop —quien lo escoltaría hasta el suicidio—, David Bowie —etiqueta de su debut musical—, Velvet Underground y The Sex Pistols.
The Sex Pistols fueron considerados precursores del punk, género de protesta e inconformidad contra el stablishment; las letras conquistaron a jóvenes como Ian Curtis, Bernard Summer, Peter Hook y Terry Mason, quienes se conocieron en un concierto de la banda el 4 de julio de 1976.
Warsaw/ Joy Division:
Inspirados por la contracultura, se agruparon bajo el nombre de Warsaw, basado en la canción “Warszawa” de David Bowie —pieza compuesta tras un viaje a Polonia, donde Bowie fue testigo de los estragos en las ciudades bombardeadas por los nazis—.
Durante la etapa Warsowiana, se presentaban en pequeños centros nocturnos y salas de conciertos, además, surgieron canciones como “Shadowplay” y “Transmission”, que se asomarían en el primer álbum Unknown Pleasures.
Más tarde, en 1978, rebautizarían su proyecto musical como Joy Division, etiqueta referente a los burdeles donde los soldados soviéticos abusaban sexualmente de las mujeres.
Danza epiléptica:
En sus actuaciones, el cuerpo de Curtis absorbía el instante, cedía al baile frenético —epilepsy dance—. La audiencia no les prestó mucha atención a los movimientos, simplemente los aclamaron como extraños y signos de su imprevisibilidad. La danza estaba en consonancia con el espíritu contracultural: desinhibido y enloquecimiento sobre el escenario.
Las convulsiones epilépticas suponen la falta de control, síntoma que ilustró en “She’s lost control”. Curtis probablemente padeció epilepsia durante mucho tiempo antes de ser diagnosticado. Su esposa, Deborah Curtis, afirmó que en 1972 lo acosaban sensaciones de flotación, como si hubiera tomado drogas sin haberlas ingerido.
“The Idiot” en la cocina:
La enfermedad se estampó en su trabajo. La presión de liderar la banda, la vida nocturna y conciertos se dispararon a la par de sus episodios epilépticos.
El estrellato en 1980 superó a Ian, cuya fama corría en paralelo con el fracaso de su matrimonio —por una relación extramarital— y el estrés de aparecer ante el público.
Durante su última noche, Curtis sonorizó su muerte con el álbum The Idiot de Iggy Pop. Las canciones lo acompañaban mientras el sujetaba un lazo en el techo de su cocina. Por la mañana del 18 de mayo de 1980, su esposa Deborah descubrió el cuerpo pendulando, mientras aún resonaba Pop en el tocadiscos.
“Se mató el sábado por la noche. No me lo podía creer. Fue un gran actor. No teníamos ni mísera prueba de lo que tenía en mente. Intentabas ayudarlo con tu limitada experiencia y hacías lo que podías, pero tan pronto como lo dejabas, recaía”.
Peter Hook, bajista de Los Joy.
“Que yo sepa, fui la última persona con la que Ian habló […] Colgarse, tan sólo era su plan final de autodestrucción […] Él llevaba hablando sobre el suicidio desde sus primeros años de adolescente”.
Deborah Curtis.
Macclesfield custodia las cenizas de Curtis bajo el epitafio “Love will tear us apart”, escogido por Deborah, canción más famosa del grupo.
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