Una semana después de iniciar la huelga, hoy regresan a clases.
El 14 de enero estalló la huelga de más de 30 mil maestros -la primera en 30 años- del distrito escolar de Los Ángeles, el segundo más grande después del de Nueva York, que dejó a 600 mil estudiantes varados.
Los maestros la calificaron como una “batalla para salvar el alma de la educación pública en Estados Unidos”. Fueron apoyados en sus mítines y marchas por miles de sus estudiantes, padres de familia -la mayoría de bajos recursos- y otros gremios.
No sólo obtuvieron un incremento salarial del 6%, sino respuesta a parte de sus demandas de mayor inversión en el sistema público, incluyendo más personal de apoyo y una disminución gradual en el número de alumnos en las clases en los próximos años además de más asesores, bibliotecarios y enfermeras. La definieron como “una victoria para la educación pública”.
Alex Caputo Pearl, dirigente del sindicato magisterial, comentó que “los educadores y familias llegaron a un punto de ebullición. Eso no sólo nos ha llevado a un acuerdo sino a un compromiso para luchar verdaderamente por la educación pública”. A sus bases en un mitin les dijo: “acaban de enseñar la mejor lección de sus vidas”.
“Hoy es un día histórico en Los Ángeles” “Tras una huelga que comenzó el lunes 14 de enero, nuestros miembros regresarán a la escuela, a los estudiantes que aman y a las aulas que aman y a las escuelas que aman y con las que están comprometidos”
Esto se logró tras un acuerdo que fue votado y tuvo mayoría de aprobación. “Los números preliminares de la votación muestran que una vasta supermayoría votó afirmativamente, poniendo fin a la huelga” agregó Caputo.
El superintendente de educación, Austin Beutner, reconoció que esto es sólo un primer paso para abordar los problemas generados por “40 años de subinversión en la educación pública”.
La huelga le costó al distrito escolar más de $ 125 millones de dólares. Esto se debe a que el estado de California financia a las escuelas según la asistencia diaria, y los estudiantes decidieron, en su mayoría, ausentarse durante la huelga.
Algunos padres de familia dijeron que el ausentismo de sus hijos fue intencional, propiciado por ellos, con el fin de presionar a las autoridades y que se llegara a un acuerdo con rapidez.
Esta huelga es parte de una ola de acciones del movimiento magisterial en varios estados, y ahora continua con maestros en Oakland, Denver y en el estado de Virginia contemplando huelgas y acciones con las mismas demandas.
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