Naciones Unidas considera que es “urgente” abordar “el problema de la disminución de la diversidad de polinizadores en el mundo y los riesgos que ello implica para la sostenibilidad de la agricultura
Este domingo 20 de mayo, se conmemora por primera vez el Día Mundial de las Abejas. La preocupación por el hecho de que “las abejas y otros polinizadores están en peligro” por factores relacionados con diversas actividades humanas llevó a la Asamblea General de las Naciones Unidas a aprobar en octubre pasado un texto alertando de las amenazas que sufren estos insectos. Entre esas actividades agresivas para las abejas, la ONU menciona las prácticas de agricultura intensiva, el uso de plaguicidas, la contaminación, las plagas, las enfermedades y el cambio climático, que amenazan el hábitat, la salud y el desarrollo de estos insectos.
Por todo ello, Naciones Unidas considera que es “urgente” abordar “el problema de la disminución de la diversidad de polinizadores en el mundo y los riesgos que ello implica para la sostenibilidad de la agricultura, los medios de vida del ser humano y el suministro de alimentos”. Además, reconoce la contribución y el papel fundamental que desempeñan los polinizadores en la producción sostenible de alimentos y la nutrición al promover así la seguridad alimentaria para la población mundial en crecimiento y contribuir al alivio de la pobreza, la erradicación del hambre y la salud humana.
Según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), más del 75% de los cultivos alimentarios del mundo dependen en cierta medida de la polinización y de que polinizadores como las abejas, las mariposas, los pájaros, las polillas, los escarabajos e incluso los murciélagos, ayuden a que las plantas se reproduzcan. “De hecho, las frutas y las hortalizas son los “retoños” de las plantas. No solemos verlas de esta manera, pero las semillas, frutas y algunas hortalizas tienen su origen en una planta que ha sido previamente polinizada”, añade la FAO.
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