Al quedar al frente del movimiento de Independencia, José María Morelos y Pavón fue erróneamente subestimado por el virrey Francisco Javier Venegas. Con gran convicción Morelos redactó su ideario político conocido como “Sentimientos de la Nación”
El abogado e historiador, José Manuel Villalpando señala que Morelos se retira y sin querer se convierte en el gran adalid de la Independencia con su genialidad militar basada en la geografía, en el conocimiento de las personas y en una lógica muy sencilla. Es de los pocos hombres bien armados y adiestrados que hacen la guerra primero al virrey Venegas y luego Callejas, destaca.
El escritor Francisco Martín Moreno señala que lo perseguían los realistas, sobre todo Félix María Calleja, a quien en algún momento invitaron a ser líder en el movimiento de Independencia, sin embargo fue nombrado virrey.
Villalpando destaca que a Hidalgo lo llegaron a acompañar 80 mil personas y el ejército de Morelos nunca pasó de 6 mil y estaban perfectamente adiestrados ya que él mismo ordenó que fueran solteros, que tuvieran conocimiento de las armas, que fueran fuertes y jóvenes, por ello todos comprendían el valor de lo que después sería una guerra de posiciones, de movilidad, atacar los puntos débiles del enemigo, resistir sitios como el de Cuautla pero al mismo tiempo dislocar el comercio y destrozar el sistema virreinal.
Por su parte, el caricaturista Paco Calderón refiere que Morelos es el gran militar de la guerra de Independencia. Dice que lo que él organizó fue pequeñas guerrillas muy eficientes en comparación de lo que tuvo Hidalgo pero con más gente.
Villalpando destaca que fiel a la orden de Hidalgo, después de conquistar buena parte del sur del territorio novohispano, cuando ya dominaba Puebla, Oaxaca, Michoacán y Veracruz y se acercaba a la Ciudad de México, decidió que había llegado el momento de convovar al Congreso y lo hizo en la ciudad de Chilpancingo.
Señaló que un día antes de que comenzaran las labores del Congreso, decidió encerrarse para escribir lo que diría como discurso. Un discurso del que se sabe poco, salvo los puntos resolutivos que hoy se conocen como “Sentimientos de la Nación” que escribió dictándoselos a su secretario particular, Andrés Quintana Roo.
El historiador señala que en sus memorias, Quintana Roo, quedó conmocionado con lo que el padre le decía.
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