Tras el triunfo del ejército insurgente en la batalla del Monte de las Cruces, cerca de Toluca, Miguel Hidalgo decide no ingresar a la capital. Para los especialistas en el tema, esta determinación retrasó por muchos años el triunfo del movimiento de Independencia
Sobre la decisión de Miguel Hidalgo de no ingresar a la capital, tras su triunfo en el Monte de las Cruces, el caricaturista Paco Calderón comenta que se dice que no quería repetir lo que había ocurrido en Guanajuato y que probablemente tenía miedo de que llegara la guarnición de Perote y cayeran pensando que estaba desguarnecida. Calderón asegura que ese fue su peor error estratégico.
Por su parte, el escritor Francisco Martín Moreno destaca que Hidalgo pelea con Allende -el encargado de logística militar- por su decisión de no tomar la Ciudad ya que consideraba que si la tomaban y ésta era sitiada, los matarían de hambre como en el sitio de Tenochtitlan con los españoles, por lo que decide no hacerlo desaprovechando así la oportunidad de definir la independencia del país en tiempo récord ya que el propio virrey pensaba en la retirada hacia Veracruz.
Mientras que el abogado e historiador José Manuel Villalpando, destacó que Hidalgo se enteró que el virrey Francisco Javier Venegas puso en prisión a una parte de su familia, específicamente a su cuñada -la esposa de su difunto hermano Manuel- y a sus hijos y se retiró debido a que el padre Hidalgo tenía un compromiso moral muy grande con su hermano derivado de que cuando éste nació, falleció su madre y el cura se hizo cargo de él, además de que al perder Hidalgo su fortuna, sufrió de un trastorno muy serio que le provoca una enfermedad y la muerte, por lo que termina sintiéndose culpable.
El virrey Venegas le mandó decir al cura que su familia estaba presa, pero que si atacaba, los degollaría, por lo que pesó sobre él la debilidad fraterna y su compromiso con su familia y se retiró.
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