En los dos últimos años hubo distintas iniciativas en México para prohibir las peleas de gallos en diversos estados
El estado de Hidalgo se sumó a Aguascalientes, Nayarit, Tlaxcala y Zacatecas al declarar las peleas de gallos patrimonio cultural inmaterial, apelando a la tradición y a la economía que dicha actividad genera en la región.
Con 24 votos a favor y 3 en contra se aprobó este miércoles en el Congreso del estado de Hidalgo declarar las peleas de gallos patrimonio cultural inmaterial, justo en el día en que se votó la despenalización del aborto en este estado.
La propuesta de declaratoria fue llevada por el diputado Rafael Garnica Alonso, de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y la votación sucede apenas dos semanas después del llamado Derby Internacional, el evento de peleas de gallos más grande de México, celebrado en Pachuca, capital de Hidalgo.
Con 20 votos a favor, cuatro en contra y una abstención los diputados locales aprobaron este miércoles el Decreto que declara los combates de aves como Patrimonio Cultural Inmaterial del estado de Hidalgo.
Como parte del Decreto se declara también de interés público la salvaguardia de las aves de combate y se instruye a la Secretaría de Cultura del estado de Hidalgo para que sea la responsable de la identificación, documentación, investigación, preservación, protección, promoción, valorización, transmisión y revitalización del Patrimonio Cultural Inmaterial de los combates de aves.
Yucatán y Chihuahua -en el sureste y norte de México, respectivamente- pueden ser los siguientes en sumarse a la lista.
Efraín Rábago, presidente de Sección Nacional de Criadores de Aves de Combate, además de representante de la Comisión Mexicana de Promoción Gallística y Tradiciones Unidas por México, expresa a EFE su confianza en que pronto en Chihuahua se dé la próxima declaratoria.
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Las peleas de gallos tienen un fuerte arraigo en distintas zonas de México, especialmente en las rurales, y el objetivo de Rábago es lograr mantener en el ámbito legal esta práctica centenaria en México que cuenta con muchos detractores.
En los dos últimos años hubo distintas iniciativas en México para prohibir las peleas de gallos en diversos estados, y los de Veracruz y Quintana Roo votaron a favor de las propuestas.
En México se celebran alrededor de 3 millones de peleas de gallos al año y para cubrir ese número se necesitan “unas 40 millones de aves de combate”, explica.
Hay más de 1.200 clubes y asociaciones de criadores de gallos de pelea. Y se estima una derrama económica de la industria es de 36.000 millones de pesos en impuestos al año (unos 1.800 millones de dólares) según los gremios galleros.
Los galleros justifican sus argumentos económicos y culturales y apelan también al condicionante biológico, un supuesto gen de pelea que porta esta especie con más de 65 millones años, según los defensores de los combates entre gallos.
Para Beatriz Vanda de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) este factor natural es relativo pues, según declara a Efe, “todos los animales pelean, pero no hasta la muerte”.
“En casos el gallo más débil huye, lo que se hace es fomentar genéticamente, además de entrenándolos, su agresividad”, indica a EFE
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CAB