La destructiva DANA que golpeó la comarca de la Huerta Sur de Valencia ha dejado relatos emotivos de coraje y resiliencia.
Una de estas historias es la de Daniel Burguet, un profesor de inglés en Paiporta, quien logró rescatar a un grupo de niños en su academia de idiomas cuando el agua comenzó a inundar rápidamente el aula, poniendo en peligro su seguridad.
En una entrevista en el Telediario de TVE, Burguet narró el angustiante momento. “Antes de la fuerte lluvia, el clima en Paiporta era normal, pero en cuestión de minutos llegó una gran cantidad de agua, y de repente el aula se inundó con medio metro de agua”, comentó. Dentro de la clase, varios niños pequeños, de apenas 4 y 5 años, estaban esperando a que sus padres los recogieran; también se encontraban dos profesores y su propia hija.
Al observar cómo el nivel del agua seguía subiendo, Burguet y sus colegas tomaron medidas de protección de manera improvisada, utilizando mesas para que los niños pudieran subirse y mantenerse alejados de la corriente. En cuestión de segundos, oyeron un fuerte estruendo: el agua había roto el escaparate, intensificando la amenaza dentro del aula.
Burguet tomó una decisión vital en un momento de calma. “Esperamos a que disminuyera el ingreso de agua y abrimos la puerta. Salí para buscar un lugar seguro para los niños”, relata. Afuera, vio dos patios acristalados y una mesa flotando en el agua, de la cual tomó una pata para romper la puerta de un portal cercano donde podrían resguardarse. Luego, formaron una cadena humana con los niños y lograron llevarlos a un área elevada donde, a pesar de que el agua continuaba subiendo, estarían a salvo.
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El instante en que Burguet rompe el cristal fue captado por una vecina desde un edificio cercano, y el video se ha vuelto viral en las redes sociales, donde personas de toda España han elogiado su valentía. “En mi mente solo estaba la necesidad de sobrevivir y salvar a quienes estaban conmigo”, declara Burguet, quien agrega que mientras rompía el cristal, varios coches, contenedores y otros objetos arrastrados por la corriente flotaban cerca.
Burguet reconoce que el peligro aumentó rápidamente. “Desde el momento en que el agua alcanzó un metro de altura hasta que conseguimos salir, pasaron alrededor de cuatro minutos. Fue como una pesadilla”, relata. En sus palabras, aún se nota la incredulidad de haber vivido una experiencia tan extrema: “Estamos procesando todo esto. Parece una película, un infierno… no sé qué sucederá ahora”, concluye.
A pesar de la heroicidad de su acción, Burguet evita ser considerado un héroe. “No me veo como un héroe. Hoy, mientras limpiaba la academia, un padre vino llorando y dijo que me debe la vida, pero no, no me debe la vida”, declaró con humildad.