Aunque se piensa que el Síndrome del Shock Tóxico se adquiere solo a través del uso de tampones, no es verdad. Sigue leyendo y entérate de qué otras formas
El síndrome de shock tóxico (toxic shock syndrome, TSS) es una infección grave pero poco común causada por las bacterias Staphylococcus aureus (a menudo denominado estafilococo) y Streptococcus pyogenes (a menudo denominado estreptococo), y la mayoría de los casos están relacionados con la bacteria estafilocócica.
El TSS estuvo originalmente vinculado al uso de tampones porque los primeros casos, a finales de la década de 1970, estuvieron relacionados con tampones superabsorbentes. La investigación llevó a crear mejores tampones y mejores hábitos para usarlos, tales como cambiarlos a menudo. La cantidad de casos de TSS disminuyó drásticamente. Hoy, alrededor de la mitad de todos los casos de TSS están vinculados a la menstruación.
Pero el TSS no está estrictamente relacionado con los tampones. La esponja anticonceptiva y el diafragma, dos tipos de métodos anticonceptivos, han sido vinculados al TSS. También puede afectar a alguien que tiene algún tipo de infección estafilocócica, incluyendo neumonía, un absceso, una infección en la piel o en una herida, la infección de la sangre, septicemia, o la infección ósea osteomielitis.
La mayoría de los casos de TSS relacionados con el estreptococo se deben a bacterias que ingresan en áreas de piel herida, como cortes y rasguños, heridas quirúrgicas y hasta ampollas de varicela.
Los síntomas de TSS pueden incluir fiebre alta repentina, sensación de desmayo, diarrea, dolor de cabeza, sarpullido y dolores musculares.
Síntomas
El síndrome de shock tóxico comienza de repente, a menudo con fiebre alta, una disminución rápida de la presión sanguínea (con desequilibrio o desmayo), confusión, vómitos, diarrea, dolor de cabeza o dolores musculares.
Un sarpullido similar a las quemaduras del sol pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, incluyendo las palmas de las manos y las plantas de los pies. Una persona también podría tener ojos inyectados en sangre y un enrojecimiento inusual debajo de los párpados o dentro de la boca (y en la vagina, en las mujeres). El área que rodea la herida infectada puede inflamarse, volverse roja y sensible, pero podría no parecer infectada.
Otros síntomas pueden incluir confusión u otros cambios mentales, disminución de la orina, fatiga y debilidad y sed.
Si el TSS no se trata, órganos como el hígado y los riñones pueden comenzar a fallar, y pueden desarrollarse problemas como convulsiones, sangrado e insuficiencia cardíaca.
¿Cómo prevenir?
La bacteria que causa el síndrome de shock tóxico puede transmitirse si no se lavan las manos; por eso, lavarse bien las manos es sumamente importante.
Las niñas y mujeres pueden reducir su riesgo de desarrollar TSS ya sea al evitar los tampones o al alternarlos con toallas femeninas. Para quienes usan solo tampones se recomiendan los de más baja absorción y cambiarlos constantemente.
Se recomienda también almacenar los tampones lejos del calor y la humedad para evitar la creación de bacterias.
Otra sugerencia es limpiar y vendar todas las heridas cutáneas lo más rápido posible.
Tratamiento
Los pacientes con sospecha de síndrome de shock tóxico deben ser internados en el hospital de inmediato y tratados de manera intensiva. Deben quitarse inmediatamente tampones, diafragmas y cualquier cuerpo extraño. Los sitios primarios sospechosos deben descontaminarse de manera concienzuda.
Las infecciones evidentes deben tratarse con antibióticos. Los antibióticos administrados durante la fase aguda de la enfermedad pueden erradicar el foco del patógeno y prevenir las recurrencias.
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