A través de un mensaje escrito en un papel pegado a una sonda, los rescatistas confirmaban la noticia, los mineros estaban vivos
22 de agosto de 2010: Después de 17 días búsqueda en el derrumbe de la mina de San José en Atacama, Chile, encuentran a 33 mineros sobrevivientes atrapados.
El derrumbe de la mina San José se produjo el jueves 5 de agosto de 2010 alrededor de las 14:30 hora local, dejando atrapados a los mineros a unos 720 metros de profundidad.
Ocho horas más tarde comenzarían las labores de rescate dirigidas inicialmente por el ingeniero en minas Miguel Fortt Zanoni.
Los cuerpos de rescate trabajarían 17 días hasta dar con los sobrevivientes. A través de una sonda los rescatistas trataban de llegar hasta el refugio donde se encontraban; ese día pegada a la sonda salió un papel que confirmaba la noticia, los mineros estaban vivos.
La sonda comenzó a trasmitir imágenes de los mineros, a quienes se les notaba con considerables síntomas de desnutrición.
El mensaje fue entregado al presidente Piñera, quien lo mostró a los presentes y confirmó que los mineros están vivos y conscientes. “Estamos bien en el refugio, los 33”, se leía en el pedazo de papel.
Junto al mensaje se encontraban cartas de los obreros a sus familiares, que el mandatario les leyó personalmente.
“Estoy bien, gracias a Dios. Espero salir pronto. Paciencia y
fe, Dios es grande, y la ayuda de mi dios nos va a ayudar a salir de
esta mina con vida, aunque tengamos que esperar meses para la
comunicación”, dicen los mineros a través de sus cartas.
Una de ellas informa que todos los mineros están en el refugio de la mina; que por momentos cae agua y que la sonda que busca imágenes de los mineros ha pasado cerca de ellos, “espero que esta vez sí llegue”, firma el mensaje el obrero Mario Gómez, leído por su esposa.
Mas tarde en ese domingo, serían transmitidas las primeras imágenes de los mineros atrapados, captadas con la misma sonda con la que ellos pudieron dar señales de vida horas antes. En la imagen se pudo ver el rostro de uno de los obreros, iluminado con las lámparas de los cascos de sus compañeros.
Sin embargo, la espera en aquella mina tendría que ser de 52 días más para que pudieran volver a ver la luz y estar con sus familias.
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