Imágenes desclasificadas, se utilizaron en el documental Nukes in Space que detalla hasta 20 explosiones nucleares (entre ellas la de Starfish Prime)
El 9 de julio de 1962, los estadounidenses lanzaron una bomba atómica a 250 millas (unos 400 km) de altura y la detonaron. Se trató de un prueba durante la Guerra Fría. La operación recibió el nombre en clave de “Starfish prime”.
El gobierno de EEUU quería comprobar con dicha prueba varias cosas: ver si la radiación de las bombas haría más difícil detectar supuestos misiles rusos, si la explosión provocaría daños a los objetos cercanos o si “alteraría” la forma natural del los cinturones (Van Allen) de la magnetosfera terrestre.
Los cinturones de Van Allen nos protegen de buena parte de las partículas que circulan por el espacio y que podrían resultar enormemente dañinas para los seres vivos que pueblan este planeta.
Imágenes desclasificadas, se utilizaron en el documental Nukes in Space que detalla hasta 20 explosiones nucleares (entre ellas la de Starfish Prime) provocadas por EEUU y la URSS en las capas más altas de la atmósfera y el espacio para probar la efectividad de estas armas en un eventual enfrentamiento.
Relato
A continuación te presentamos un pequeño extracto de “A ‘Quick Look’ at the Technical Results of Starfish Prime”, páginas 19-21 (agosto de 1962) sobre este fenómeno, detalla lo que ocurrió en los primeros minutos de la detonación:
A las 09:00 GMT un flash blanco brillante surgió a través de las nubes, cambiando rápidamente a una bola verde de irradiación que se extendía en el cielo claro.
De su superficie surgieron grandes extensiones blancas, asemejándose a nubes de cirroestratos, que se levantaron a 40 grados sobre el horizonte en unos arcos arrebatadores que daban vuelta hacia abajo hacia los polos y que desaparecían en segundos siendo sustituidos por cirros concéntricos espectaculares, como los anillos que se movían hacia fuera desde el centro de la explosión a enorme velocidad inicial, finalmente parando cuando el anillo exterior alcanzó 50 grados de altura. No desaparecieron, sino persistieron en un estado de calma congelada.
Todo esto ocurrió, juzgaría, en el plazo de 45 segundos. La luz verdosa empezó a volverse púrpura y comenzó a descolorarse en el centro de la explosión, un resplandor rojo brillante se comenzó a desarrollar en el horizonte en una dirección de 50 grados noreste y simultáneamente 50 grados al sudeste y hacia arriba, hasta que el cielo del este era un semicírculo rojo ardiente que se extendía 100 grados del norte al sur y hasta la mitad del cenit, que eclipsaba algunas de las estrellas menos brillantes. Esta situación, entremezclada con enormes arcoíris blancos, persistió no menos de siete minutos.
Cabe señalar que los Estados Unidos estuvieron también detrás de la explosión nuclear a más altura, Argus III, de 1,7 kilotones y producida a 539 kilómetros de altura.
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