María de los Ángeles Manuela Tranquilina Cirila Efrena Peralta fue una soprano pionera en una época en la cual las intérpretes italianas
La plataforma de búsqueda más famosa del mundo decidió homenajear a la mexicana Ángela Peralta con un doodle por el aniversario 176 de la conocida como ‘El ruiseñor mexicano’.
Se trata de una de las cantantes de ópera y compositoras mexicanas más importantes del siglo XIX, que fue considerada en Europa la “Angelica di voce e di nome” (angelical por voz y por nombre).
Con los colores de la bandera mexicana, el doodle de hoy presume la pasión de Ángela Peralta en el escenario. Fue la mujer que con 16 años debutó en La Scala de Milán y su triunfo se expuso al salir a saludar al público en 32 ocasiones.
María de los Ángeles Manuela Tranquilina Cirila Efrena Peralta nació el 6 de julio de 1845 en la Ciudad México, en el seno de una familia indígena humilde. Antes de dedicarse de lleno a la música y el canto, trabajó como sirvienta para grandes familias, quienes la descubrieron como una potente voz.
En 1851, a los 6 años, Ángela Peralta tuvo como maestros a Manuel Barragán y Agustín Balderas, especialistas en el canto y la ópera, y a los 8 años apareció por primera vez en público interpretando una canción de Donizetti.
La buena impresión que causó le permitió estudiar en el Conservatorio Nacional de Música y debutar en la ópera a los 15 años interpretando el personaje de Leonore en Il Trovatore, de Verdi, en el Teatro Nacional en la Ciudad de México.
En 1861, a sus 16 años, Ángela Peralta realizó su primera gira por Europa, en compañía de su padre, para seguir perfeccionando su talento en el canto y debutó un año después en Italia. Durante tres años permaneció de gira por Roma, Nápoles, Florencia, Lisboa, Madrid, Barcelona, Rusia e incluso Egipto.
A finales de 1865 Ángela Peralta regresó a México. El emperador Maximiliano la invitó a cantar para él y quedó tan maravillado que la nombró Cantante de Cámara del Imperio.
Ante la inminente caída del imperio mexicano, Ángela, con 21 años, viajó de nuevo a Europa, pero hizo escala en La Habana y en Nueva York. Su triunfo fue tan grande como en la primera gira internacional.
Sin embargo, en ese periodo se casó con su primo hermano y escritor Eugenio Castera Velázquez, algo mal visto por la sociedad del momento y que contribuyó a su declive profesional.
Después de cuatro años y medio, regresó a la Ciudad de México convertida en empresaria, ya que formó su propia compañía operística, con la misión de llevar la ópera a distintas ciudades y públicos de su país.
Para 1872 decidió realizar una tercera gira por Europa, en ese periodo murió su esposo. Después de unos meses de luto, comenzó una relación con su administrador y escritor Julián Montiel Duarte, por la que fue juzgada por las buenas costumbres de la época.
Peralta permaneció firme ante las críticas, pues contrajo nupcias previo a su muerte con su eterno amante.
En 1883, durante una gira al frente de su compañía, en Mazatlán alcanzó a dar una última función, antes de caer fulminada por la fiebre amarilla que asolaba por entonces al puerto sinaloense.
Contenido relacionado: