El Gobierno de EEUU aprobó recientemente una norma que obliga a todos los estados a permitir el aborto en caso de emergencia médica
El Gobierno de Estados Unidos advirtió a los gobernadores de los estados que están restringiendo el aborto que deben permitir esta práctica cuando la vida de la madre esté en riesgo.
El secretario de Salud, Xavier Becerra, envió una carta a los gobernadores recordándoles que las leyes que aprueben tienen que cumplir las normas federales que garantizan la protección de la salud de las mujeres.
Desde que el Tribunal Supremo de Estados Unidos tumbó la protección constitucional del derecho al aborto vigente desde 1973, muchos estados conservadores se han apresurado a aprobar leyes que lo restringen e incluso lo prohíben, también en casos de incesto o violación.
Ante estas acciones, el Gobierno de Biden aprobó recientemente una norma que obliga a todos los estados, independientemente de la ley que tengan relativa al aborto, a permitir las interrupciones del embarazo en caso de emergencia médica.
La carta advierte así que “las actuales o futuras leyes de restricción del aborto no acaban con la responsabilidad que los médicos tienen de proveer un acceso al cuidado sanitario de emergencia”, según la ley federal, explicó la Casa Blanca en un comunicado.
La misiva también pide a los gobernadores de los estados que no hayan restringido el aborto que den facilidades para el acceso a mujeres procedentes de territorios en los que se les haya limitado o prohibido este derecho reproductivo.
El Departamento de Salud estadounidense (HHS, inglés) elaboró además un plan de actuación “en respuesta a la decisión del Supremo”, una guía que invita a los estados a extender el acceso a las mujeres de otros territorios que quieran viajar para recibir los tratamientos que les son negados en su lugar de residencia.
“Desde la decisión del Supremo hemos conocido duras historias de mujeres que no acceden al cuidado que necesitan por las nuevas leyes de restricción al aborto, y hemos visto Cámaras legislativas que tratan de confundir a las mujeres diciendo que las protegen mientras convierten en un crimen el aborto”, lamentó Becerra.
El secretario de Salud prometió que su departamento seguirá tomando “medidas concretas como la invitación de hoy a los gobernadores para proteger el acceso de las mujeres a cuidados reproductivos, incluido el aborto”.
Por otra parte, la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, lamentó en un comunicado la entrada en vigor de nuevas leyes que prácticamente prohíben el aborto en Idaho, Oklahoma, Tennesee y Texas y que lo “criminalizan” sin excepciones, ni siquiera para los casos de violación o incesto.
Es, dijo la portavoz, “el último ataque contra los derechos fundamentales de los estadounidenses” y forman parte del esfuerzo del Partido Republicano para “retrotraer las libertades” que el país tenía desde hace medio siglo.
“El Congreso debería actuar inmediatamente para restaurar la protección de ‘Roe contra Wade’ (la sentencia que garantizó en 1973 el derecho al aborto) y el pueblo estadounidense debería hacer oír su voz”, dijo Jean-Pierre en un mensaje de cara a las elecciones de medio mandato de noviembre.
Aborto en EU
Los estados conservadores de Texas, Idaho y Tennessee comenzaron desde el jueves a implementar leyes que prohíben casi por completo el aborto y, en algunos casos, establecen castigos de hasta cadena perpetua para los doctores que lo practican.
Se trata de un nuevo paso en la guerra contra el aborto que se libra a nivel estatal desde que el Tribunal Supremo de Estados Unidos retiró en junio las protecciones federales a ese derecho, lo que ya ha dejado a más de 20.9 millones de mujeres en edad reproductiva sin acceso a ese procedimiento.
Las nuevas leyes no cambian la realidad sobre el terreno en Texas, Idaho y Tennessee, que ya prohibían el aborto a las seis semanas de embarazo y donde la mayoría de las clínicas dejaron de prestar esos servicios tras el fallo del Tribunal Supremo.
Sin embargo, sí establecen o aumentan las multas y penas de cárcel para el personal médico, en un intento por intimidarlo, según las organizaciones defensoras del aborto.
En concreto, la ley de Texas establece que el aborto es ilegal desde el momento de la concepción y fija penas de hasta cadena perpetua para quienes practican ese procedimiento, además de multas que pueden llegar a los 100 mil dólares.
Texas tiene actualmente en vigor tres leyes que prohíben el aborto: la que empezó a implementarse hoy, otra que data de 1925 y la que prohibía el aborto hasta las seis semanas de embarazo y que entró en vigor en septiembre de 2021, antes de que el Tribunal Supremo revocara el fallo “Roe contra Wade” que protegía el derecho al aborto desde 1973.
Detrás de la telaraña legal, la única excepción que queda es para los casos en los que la vida de la madre corra peligro.
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Sin embargo, los médicos en estados con excepciones similares están teniendo dificultades para definir qué se entiende como “peligro” para la vida de la madre y, por miedo a represalias, tienen que pedir consejo legal a los abogados de sus centros médicos, alargando el proceso.
De hecho, el estado de Texas intenta restringir aún más esa excepción para los casos en los que esté en peligro la vida de la madre y, el miércoles, consiguió que un juez bloqueara los intentos del gobierno de Joe Biden para permitir los abortos en caso de emergencia médica.
En Idaho tuvo lugar un debate similar, pero en ese caso otro juez dio la razón al gobierno federal, al determinar que debe protegerse la vida de la madre, y bloqueó la entrada en vigor de una parte de la ley que establecía penas de cárcel para los doctores que intenten responder a una emergencia médica.
Pese a ese fallo, la ley que entró en vigor en Idaho prohíbe casi totalmente el aborto y no recoge excepciones ni para casos de violación ni de incesto.
Idaho ya prohibía el aborto desde las seis semanas, pero la nueva norma sepulta aún más ese derecho y contribuirá al miedo y confusión que sienten los pacientes, dijo a EFE Rebecca Gibron, la consejera ejecutiva de las filiales de Planned Parenthood en Idaho y Washington con atención a unas 38 mil personas.
En Tennessee, la norma que entró en vigor es muy parecida con un veto casi total al aborto y excepciones solo en caso de que la madre vaya a perder la vida.
Como resultado, lo único que pueden hacer ahora las clínicas de Tennessee es conectar a los pacientes con servicios médicos de otros estados y ayudarlos a buscar transporte o fondos para el viaje, explicó Ashley Coffield, consejera delegada de Planned Parenthood en Tennessee.
A las restricciones que empezaron a implementarse el jueves, se sumará este viernes otro veto casi total al aborto en Carolina del Norte y otro similar en Oklahoma, que entrará en vigor el sábado.
Cuando esas leyes entren en vigor, una de cada tres mujeres en edad reproductiva habrá perdido el acceso a un aborto legal en Estados Unidos, según The Washington Post.
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CAB