Las reuniones presenciales son potenciales focos de contagio de COVID-19, no hagas encuentros sociales ni familiares, señaló el gobierno de Argentina
El presidente de Argentina, Alberto Fernández, desató una polémica al prohibir nuevamente por decreto las reuniones sociales y familiares en el país debido al incremento de contagios y muertes provocados por la pandemia de coronavirus.
La norma, que regirá durante 15 días, forma parte de la novena extensión de la cuarentena obligatoria que rige en el país desde el pasado 20 de marzo.
Desde entonces, el COVID-19 ha dejado un saldo de 201.919 contagios confirmados y 3,667 fallecimientos, además de la intensificación de una crisis económica que Argentina ya arrastraba desde el año pasado, el aumento de protestas de la oposición y el desgaste generalizado de la ciudadanía ante el encierro.
Aunque el 95 % de los casos se han registrado en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), en las últimas semanas las cifras comenzaron a aumentar de manera paulatina en varias provincias del país en las que la cuarentena ya se había flexibilizado.
En algunas, por ejemplo, ya habían reabierto bares y restaurantes y el comercio en general, e incluso se autorizaron reuniones con la familia o con los amigos que no excedieran de 10 personas y respetando las recomendaciones sanitarias para prevenir la propagación de la pandemia.
Pero como los números comenzaron a aumentar, el gobierno decidió endurecer de nuevo las estrategias de aislamiento y distanciamiento social, preventivo y obligatorio a través de un decreto que se formalizó este lunes y que incluye sanciones para quienes incumplan las restricciones acorde a lo que establece el Código Penal.
“Será reprimido con prisión de seis meses a dos años el que violare las medidas adoptadas por las autoridades competentes para impedir la introducción o propagación de una epidemia”, señala el artículo 205 del capítulo correspondiente a delitos contra la salud pública.
El decreto, en el que se aclara que las medidas tienen por objeto proteger la salud pública en el marco de una pandemia que fue declarada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), divide al país en dos áreas.
La primera abarca el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), la provincia de Jujuy y algunas ciudades de La Pampa, Santa Cruz y Tierra del Fuego, en donde se aplican las medidas más estrictas porque es donde hay más brotes de coronavirus.
Por el contrario, la segunda zona, que incluye al resto del país, seguirá teniendo políticas más laxas, aunque lo que ya no puede haber en ningún caso son reuniones familiares ni sociales.
Los sectores más radicalizados de la oposición denunciaron que el país está al borde de un estado de sitio e insistieron en comparar al gobierno con una dictadura, aunque otros se limitaron a criticar la medida de la misma manera que han denostado la estrategia general del gobierno desde que estalló la pandemia.
IPR
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