Es increíble que en una cabeza humana, alguien haya urdido el “brillante naranja”, plan de colocar boyas gigantescas en pleno río Bravo, para intentar contener el derecho más elemental
Es inevitable pensar qué clase de ser humano, de gobernante, de persona, per se, resulta el Gobernador de Texas.
Rotundamente me niego a mencionarlo por su nombre, mientras este en el cargo, no lo merece.
No, no soy un hombre de rencores, pero existen actos, particularmente de gobierno, que son inexcusables, inaceptables, que deben evitarse.
Es increíble que en una cabeza humana, alguien haya urdido el “brillante naranja”, plan de colocar boyas gigantescas en pleno río Bravo, para intentar contener el derecho más elemental.
La migración “estúpido” (parafraseando al gran Presidente don Bill Clinton) es un derecho universal, lo debe de entender cualquiera que detente un cargo público.
De otra forma, deben dedicarse a otra actividad.
Es un impresentable intencionado homicida potencial.
Es tan inhumano como indecente.
No es válido, no tiene corazón, mucho menos caridad.
Así no se debe gobernar, particularmente cuando el propósito es únicamente electoral, carente de ideología política, valores y principios.
La política en palabras del PAPA FRANCISCO, es para servir, no debemos permitir jamás que algún representante popular, se lave las manos como Pilatos, la migración es uno de los grandes benefactores de Texas, en la Unión Americana por el amor de DIOS, cuando lo entenderán.
Buena Semana Siempre.
Carlos Mora Álvarez
Carlos Mora Álvarez, especialista en comunicación política y temas migratorios