La emigración de un centenar largo de vecinos de Jabaloyas a Norteamérica hace un siglo en busca de una vida más digna generó lazos personales con el Nuevo Continente que siguen todavía vivos, particularmente con México, donde fueron a parar un puñado de aquellos emigrantes.
La nieta de uno de ellos, Eduardo Yagües, que partió como jornalero y que llegó a ser uno de los ganaderos más potentes del estado de la Baja California, acaba de visitar la localidad natal de su antepasado para conocer su casa y reencontrarse con sus raíces familiares. La estancia de Gloria Martínez Yagües, una empresaria de Tijuana, se produce cinco meses después de que sus primos Carlos Lagos Yagües y Eduardo Guerrero Yagües, también nietos de Eduardo, hicieran el mismo camino con idéntico propósito.
A los vínculos familiares y emocionales que conectan la localidad turolense de 65 habitantes –solo en las tres primeras décadas del siglo XX, el doble de esta cifra, 133 vecinos, emigraron a Norteamérica–, con la Baja California mexicana se unen otras conexiones puntuales. En Tijuana, existe el Motel Jabaloyas y también se comercializa una salsa del mismo nombre, dos pistas que remiten al éxodo migratorio del primer tercio del siglo XX.
Los lazos humanos entre el foco migratorio de Jabaloyas y su destino trasatlántico han sido estudiados a fondo por el historiador Raúl Ibáñez y por Fermín Yagües, emparentado con emigrados que se instalaron en México, minoritarios respecto a los que viajaron a los Estados Unidos. La mayoría de los que tuvieron como destino «el país de las oportunidades» recalaron en los estados de Utah y Idaho y, en su práctica totalidad, regresaron a Jabaloyas tras hacer algunos ahorros.
Ibáñez señala que algunos emigrantes de Jabaloyas que llegaban a Estados Unidos a través de la isla de Ellis pasaban luego a México, como es el caso de José Pradas Domingo. Agrega que también los hubo que hicieron el camino inverso –Eduardo Yagües intentó pasar de la Baja California a los EE. UU., sin éxito–. Raúl Ibáñez y Fermín Yagües trabajan en proyectos para divulgar la peripecia de los 133 emigrados de Jabaloyas al Nuevo Mundo a través de un libro y un documental que ya tiene título: ‘Cómo conquistamos el oeste’.
Gloria Martínez Yagües llegó a Jabaloyas el pasado día 4 de octubre acompañada de su primo Fermín Yagües, residente en Zaragoza. Era la tercera vez que recorría los 10.000 kilómetros entre Tijuana y Jabaloyas para visitar la casa del abuelo Eduardo Yagües tras los viajes de 1978 y 2003.
Viente años después de la anterior estancia volvió a «recorrer lugares de los que el abuelo hablaba constantemente», además de mostrárselos a su hija. «Le expliqué a mi hija de dónde veníamos y por lo tanto quiénes somos», señala Gloria.
La nieta del emigrado turolense –que llegó a ser un gran hacendado en México– explica que su abuelo «siempre hablaba de su pueblo, de su gente y de sus chopos». A pesar de que emigró empujado por la pobreza, «amaba» Jabaloyas, según asegura Gloria, que, junto a sus tres hermanos, escuchaba las «historias» sobre Jabaloyas, que son «el origen» familiar. La identificación con los orígenes llevó a Gloria a conseguir la nacionalidad española en 2010.
La mexicana visitó la casa de Eduardo Yagües para saludar a sus actuales ocupantes y recorrió el camino por donde el abuelo «partió rumbo a América en bus- ca de nuevas oportunidades». Definió a su antepasado como «el pilar» de la familia y lo describió como «un hombre valiente, íntegro, generoso, recto, honorable, justo y trabajador». Unas virtudes que le permitieron hacer realidad el «sueño americano», aun- que fuera al sur del Río Grande.
LUIS RAJADEL
Publicado en El Heraldo de Aragón, España