¿Fácil? para nada. Pero sin duda, estos genios nos dieron una gran lección de lo que podemos hacer cuando trabajamos con pasión, sin estar esperando a ver, si nos ayudan los demás.
Hace un año murió Stephen Hawking, una persona adelantada a su tiempo que nunca dejó que las apariencias dictarán lo que sería su vida. Un genio que cambió al mundo con sus aportaciones en astrofísica, cosmología y divulgación científica en general.
Y es que las apariencias engañan. Y en ocasiones nos dejan verdaderas lecciones de vida.
Qué sería del mundo si los padres de Albert Einstein le hubieran hecho caso a sus profesores, acerca de que su hijo jamás tendría éxito en la escuela debido a sus preguntas abstractas y bajas calificaciones.
O qué me dicen de Benjamin Franklin, quien después de dejar la escuela a los 10 años por problemas económicos, decidió aprender por su cuenta. Leer cuanto libro llegaba a sus manos y aprovechar cualquier oportunidad para educarse. En un mundo que goza de los pararrayos, lentes bifocales, cuentakilómetros, humidificadores y decenas de inventos más, gracias a su tenacidad.
Y como ellos varios. Thomas Alba Edison invento la bombilla eléctrica después de mil intentos.
A Michael Jordan decenas de entrenadores le negaran oportunidades debido a su baja estatura.
Un despido por falta de creatividad sólo logró que Walt Disney buscara otros caminos para lograr su objetivo.
Incluso a Winston Churchill nunca le fue bien con los cargos públicos y definitivamente cambió al mundo cuando fue Primer Ministro Británico a los 62 años de edad.
¿Quieren más ejemplos? Charles Darwin, era considerado un estudiante del montón. Isaac Newton dejo de dirigir una granja para convertirse en un erudito en física en Cambridge. A Charles Chaplin le decían que no lograba conectar con su público. A Oprah Winfrey le dijeron que jamás tendría éxito en la televisión.
Y José Hernández, el astronauta de origen mexicano, no dejó que le afectaran las 11 veces que la NASA lo rechazó, lo intento una vez más y consiguió viajar al espacio.
Pero, ¿qué hace diferente a estas personas del resto de los demás? ¿Tienen un IQ más alto, son más inteligentes o contaban con un talento que no tenía el resto?
En realidad eran personas que se dejaban llevar por la curiosidad. Fueron determinados e impulsivos con sus metas. La educación no les importaba tanto como adquirir los conocimientos en el área de su interés. Iban de prueba y error por la vida, pero eran los más críticos con su trabajo. Y estaban dispuestos a hacer grandes sacrificios para llegar a su meta.
¿Fácil? para nada. Pero sin duda, una gran lección de lo que podemos hacer cuando trabajamos con pasión. Ganas de querer dejar huella en este mundo, sin estar esperando a ver, si nos ayudan los demás.
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