La autoridad francesa espera abrir los ojos a los padres sobre el peligro de la práctica que puede causar el síndrome del traumatismo craneal accidental
El gobierno francés lanzó este lunes una impactante campaña para concienciar sobre el peligro de que se zarandee a los bebés, ya que se les puede causar la muerte o dejar graves secuelas de salud para toda la vida al causarles un traumatismo craneal accidental.
“Cada día en Francia, un bebé es víctima del síndrome del bebé zarandeado. En uno de cada 10 casos, el bebé morirá. Si sobrevive, tendrá graves consecuencias. El mensaje es escalofriante, pero muy real”, señala el video.
“Para de sacudir a un bebé” busca concientizar a los padres de familia que, en un acto de desesperación por un bebé que llora, lo zarandean, o juegan con ellos lanzándolos al aire. La práctica, advierte el gobierno, puede causar al menor un traumatismo craneal.
El video inicia con un monitor en el que se escucha a un padre gritar al bebé. “¡Estoy harto, estás arruinando mi vida. Todo lo que sabes hacer es llorar!”, le dice, antes de que el llanto se detenga repentinamente.
También podría interesarte: Save the Children ve posible delito de trata en bebé “adoptado” por Mariana Rodríguez y Samuel García
De acuerdo con datos oficiales del mismo Gobierno francés, unos 200 bebés de media al año son objeto de esta violenta práctica en Francia. La mayor parte de los casos sucede entre menores de 6 meses.
Los bebés y los niños pequeños tienen los músculos del cuello demasiado débiles para controlar el peso de la cabeza. Si se les sacude, el movimiento brusco de la cabeza provoca que la masa encefálica se golpee contra la pared del cráneo y que sufra contusiones entre las que se destacan hemorragias intracraneales y las lesiones oculares.
La consecuencia es un daño cerebral que conduce a un deterioro mental de intensidad variable, llegando en ocasiones a provocar secuelas muy importantes en el sistema nervioso central e incluso, la muerte.
Diversas investigaciones han concluido que las sacudidas pueden llevar a la pérdida de la visión o de la audición de manera parcial o total, problemas de aprendizaje, retraso mental, parálisis cerebral, epilepsia y dificultades del habla.
El daño puede pasar desapercibido por años y los primeros síntomas presentarse cuando el niño empiece a ir a la escuela y no pueda seguir el mismo ritmo que sus compañeros.
Contenido relacionado:
CNDH exige investigación por el bebé muerto en el penal de Puebla
CAB