Después de la denuncia presentada por una asociación francesa contra el fabricante Epson, el Ministerio de Economía de Francia inició una investigación formal por obsolescencia programada y engaño
Francia abrió una investigación preliminar por “obsolescencia programada” y “engaño” contra el fabricante japonés de impresoras Epson el 24 de noviembre, informaron este jueves fuentes judiciales.
Se trata de la primera investigación de este tipo en Francia, según la asociación Halte à l’obsolescence programmée (HOP, ‘basta a la obsolescencia programada’), que había denunciado a finales de septiembre las “técnicas” de los industriales para, según ellos, obligar a los consumidores a comprar cartuchos de tinta.
La investigación fue confiada a los servicios del Ministerio de Economía, encargados de competencia y consumo, precisó la fiscalía, confirmando la información difundida por medios franceses.
HOP había presentado una demanda a finales de septiembre contra el estadounidense HP Inc., y los japoneses Canon, Brother y “especialmente” Epson. En ella, la asociación describe “técnicas” de los fabricantes como “el bloqueo de las impresiones con la excusa de que los cartuchos de tinta están vacíos cuando aún les queda tinta”.
“Es una muy buena noticia, por primera vez en Francia y, por lo que sabemos en el mundo, las autoridades judiciales de un país se encargan de un caso de obsolescencia programada”, celebró este jueves en declaraciones Emile Meunier, abogado de la asociación.
El miércoles, HOP presentó una demanda contra Apple por “obsolescencia programada” de sus iPhones, poco después de que el gigante estadounidense hubiera admitido que ralentizaba voluntariamente algunos modelos de sus teléfonos inteligentes.
La asociación consideró que Apple “estableció una estrategia global de obsolescencia programada con el objetivo de aumentar sus ventas” y que, por tanto, la empresa puede ser demandada por los teléfonos que vendió en Francia desde la promulgación de una ley de 2015 que introdujo el delito de obsolescencia programada en el Derecho francés.
La semana pasada, Apple, que cada año saca a la venta un nuevo modelo de iPhone, reveló que ralentizaba voluntariamente el rendimiento de los teléfonos para “prolongar su vida”.
La decisión se tomó, según la compañía, debido al uso de baterías de ion de litio, a las que cada vez les cuesta más responder a las numerosas demandas del usuario del dispositivo a medida que va envejeciendo.
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