La familia del indígena recorrió varios hospitales públicos y en todos fue rechazado por falta de médicos, de quirófanos y de espacio
Fidel, un indígena mazahua, que recorrió cinco hospitales públicos para poder ser tratado por un neurólogo, falleció en su casa en la comunidad de San Miguel Agua Bendita, en el norte del Estado de México, luego de que en todas las instituciones le señalaran que no se contaba ni con espacio ni con personal para atenderlo.
El hombre, padre de cinco hijos murió la mañana de este miércoles sin que ninguna autoridad sanitaria le prestara auxilio a su condición, puesto que en su región no existe un sólo neurólogo ni quirófanos en los hospitales públicos.
La agonía de Fidel inició el pasado domingo cuando tras desmayarse comenzó a convulsionar.
Sus familiares fueron a pedir ayuda en los hospitales públicos de la comunidad, pero los médicos les dijeron que no podían hacer algo por él, pues necesitaba que lo atendiera un neurólogo, y si requería una operación, un quirófano en donde poder hacerlo, algo que simplemente no hay en la zona.
El sitio más cercano para encontrar instituciones de salud públicas con médicos especialistas e instalaciones con quirófanos y áreas de terapia intensiva está a dos horas de San Miguel Agua Bendita, por lo que los pacientes deben viajar hasta Toluca, la capital del Estado de México.
Al arribar a la capital estatal comenzó otra odisea pues ningún nosocomio lo quiso recibir, alegando la falta de espacio y saturación de pacientes con covid-19, por lo que fueron remitidos a un hospital privado el cual les cobraba 80 mil pesos por la atención para intentar salvarle la vida.
“Simplemente nos decían que estaban saturados y que buscáramos otros hospitales”, lamentó Tere, familiar de Fidel.
Los médicos le señalaban a la familia que el paciente presentaba un edema cerebral que le había provocado la caída al desmayarse.
Desesperados, intentando salvar la vida de Fidel, su familia decidió probar suerte en la Ciudad de México y lo trasladaron en ambulancia al Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía, pero también les dijeron que ya era demasiado tarde.
“Nos dijeron que como Fidel no había recibido a tiempo la atención médica, ya era demasiado tarde para poder hacer algo por él, que estaba muy grave, así que lo regresaron a su casa”, explicó Tere, una familiar.
Esta mañana Fidel murió en la cama de su casa, porque ningún hospital público, tuvo un lugar para él.
El Estado de México es la séptima entidad del país con mayor déficit de médicos especialistas, sólo hay 69 por cada cien mil habitantes; mientras países europeos, como Reino Unido, tienen 201 por cien mil habitantes, de acuerdo con la Academia Nacional de Medicina en México.
Con información de Excélsior
Contenido relacionado
Indígenas en América Latina, otras víctimas de la pandemia
NCV