El escritor y guionista Gerardo de la Torre murió a los 83 años, así lo informó el poeta Julio Ramírez.
Apenas habían transcurrido unos minutos del 8 de enero de 2021, cuando el poeta Julio Ramírez subió a su cuenta de Facebook la noticia: “Gerardo de la Torre Morales se ha ido, ya no alcanzó a lanzar su bola curva ni ahorcarle su mula de seises a la vida. Se cansó de los juegos, aunque se resistió”.
“Tartamudean mis manos porque mi mente llora. Las letras mexicanas nuevamente de luto. Oaxaca, su tierra natal, cantera verde, familiares y amigos, estamos sin palabras. Descansa, primo; este virus canalla no respetó tu fuerza”.
Escritor, crítico literario, periodista, argumentista de cine y guionista de televisión. Gerardo de la Torre nació el 15 de marzo de 1938 en Oaxaca, Oaxaca. Si bien estudió teatro con gente de la talla de Carlos Ancira, participó en el taller literario de Juan José Arreola, nunca dejó de ser quien era: de 1953 a 1972 trabajó como mecánico en la refinería de Azcapotzalco, siempre combinando esta ocupación con las letras.
Militante del Partido Comunista Mexicano, se convirtió en investigador del Centro de Estudios Históricos del Movimiento Obrero, director de la Casa del Lago de la UNAM (1985), coordinador del Taller de Guiones del Centro de Capacitación Cinematográfica (1989), profesor de narrativa breve en la Sociedad General de Escritores de México (1990-1996) y coordinador del curso de periodismo en los medios electrónicos del Diplomado en Periodismo de la Universidad Autónoma del Estado de México (1992).
Como escritor, Gerardo de la Torre fue autor de títulos como El otro diluvio, Ensayo general, La línea dura, El vengador, Viejos lobos de Marx, Relatos de la vida obrera, Morderán el polvo o La descendencia del mayor Julio Novoa.
En uno de sus últimos trabajos literarios, La muerte me pertenece, narra la historia de un viaje sin retorno, donde los protagonistas son una mujer en etapa terminal de cáncer y su esposo, un médico acostumbrado a tratar con la muerte… pero no la de alguien tan cercano.
“Hay personas que se la pasan viviendo años, están condenados al sufrimiento durante años y eso fue lo que me motivó más a trabajar en esto. Ahora, hay gente que no se quiere morir, porque no sabe ni qué se va a encontrar del otro lado. Pero para los que no creemos en el otro lado, lo más importante sería pasar ese instante sin mucha amargura”, confesó durante aquella charla.
En el Suplemento Laberinto, Gerardo de la Torre tuvo un juego de “ping-pong verbal” con Fernando Figueroa, que concluyó con sendas, aunque muy breves, reflexiones, sobre nuestro tiempo y acerca de su persona:
Su más grande anhelo
El fin de la pandemia.
El mayor temor
Llegar a cien años de edad.
Por culpa de uno sucumbió. El otro pudo cumplirlo.
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EDFM