La prometedora bailarina falleció a una edad temprana tras haber atravesado difíciles experiencias desde su infancia.
La danza está de luto tras la confirmación del fallecimiento de la bailarina Michaela DePrince a los 29 años, quien fue seleccionada personalmente por la cantante Beyoncé para participar en el álbum visual “Lemonade”.
Michaela Mabinty DePrince nació durante la guerra en Sierra Leona y perdió a sus padres cuando era muy pequeña, por lo que durante su infancia tuvo que enfrentarse a difíciles situaciones provocadas por la misma guerra, por lo que se convirtió en sobreviviente.
Así fue confirmada la muerte de Michaela DePrince
Fue a través de un comunicado emitido en su cuenta de Instagram en donde se dio a conocer la muerte de la joven bailarina, Michaela DePrince.
“Con dolor en nuestros corazones, compartimos la pérdida de la bailarina estrella Michaela Mabinty DePrince, cuyo arte tocó incontables corazones y cuyo espíritu inspiró a muchos, dejando una huella imborrable en el mundo del ballet, y más allá”
En la publicación, se destacó la gracia que definió su vida, así como el propósito y la fuerza, además del inquebrantable compromiso que tenía con el arte, además de que con su historia de vida, tocó miles de corazones.
“Ella se paró como un faro de esperanza para muchos, mostrando que no importan los obstáculos, la belleza y la grandeza pueden surgir de los lugares más oscuros. Aunque su tiempo con nosotros fue demasiado breve, su brillantez y legado seguirán brillando en los corazones de todos los que fueron tocados por su historia, durante las generaciones venideras”
Así fue la dura vida de Michaela DePrince
La repentina muerte de la bailarina Michaela DePrince ha revivido su historia de vida. Nació en 1995 y desde los tres años vivió en un orfanato, luego de que los rebeldes asesinaran a su padre y su madre muriera de hambre durante la guerra civil en Sierra Leona.
Al llegar al orfanato, su nombre Mabinty se perdió, pues se convirtió únicamente en un número para identificarla de los demás huérfanos, a ella le tocó el 27, pero además de las propias dificultades de esta situación, Michaela sufrió discriminación.
Y es que la bailarina tenía vitiligo, por lo que las mujeres que estaban a su cargo, aseguraban que era la “hija del diablo” por las manchas de este padecimiento en la piel y todos los días, le repetían que nadie la iba a adoptar porque según ellas, tenía dentro un espíritu maligno.
Pero en contra de todo diagnóstico, la pequeña Michaela fue adoptada a los cuatro años por una pareja residente de Nueva Jersey, Estados Unidos.
Su vida cambió, pues su madre adoptiva notó su amor por el ballet y la inscribió en clases, su talento fue tal que la llevó a convertirse en la bailarina principal más joven del Dance Theatre of Harlem, posteriormente se unió al Boston Ballet como segunda solista a los 26 años.
Pero nunca se olvidó de dónde viene, pues se convirtió en activista de niños afectados por los conflictos y la violencia. Asimismo, Michaela lidió con el racismo que vivía diariamente por ser una bailarina de color, por lo que casi deja la danza a los 10 años, sin pensar lo lejos que llegaría gracias a su perseverancia, talento y disciplina.
Hasta el momento, se desconoce la causa de muerte de Michaela DePrince, sin embargo, su hermana Mia, quien fue adoptada por la misma familia, refirió que estaba conmocionada y muy triste.