Es importante realizar protocolos de salud después de rescatar o adoptar una mascota, de no hacerlo se pueden contraer graves enfermedades.
Cada día son más las personas que deciden rescatar animalitos de la calle, ya sea temporal o definitivamente, para que dejen de sufrir y puedan experimentar el amor y cuidados que un humano les puede dar, además de alimentarlos.
Este acto es muy noble y le ha dado la posibilidad a muchos peludos de vivir dignamente, desafortunadamente los parásitos, bacterias o virus que pueden contraer en las calles pueden afectar a los humanos si no se les realiza el adecuado protocolo de salud.
Tal es el caso de a Gemma Birch, una joven bloguera de 24 años que pasaba sus vacaciones en la ciudad de Albufeira, Portugal en julio del 2014, cuando una gatita callejera cautivó su corazón y decidió darle alojamiento, además de un nombre ‘Catarina’.
“La dejamos entrar en nuestra habitación porque nos seguía a todos lados. La acaricié y le di leche”, comentó Birch
El último día de vacaciones la chica comenzó a vomitar sin control, ya en el vuelo de regreso a su hogar, sufrió un desmayo. Fue llevada al hospital tras el aterrizaje donde los médicos dijeron que tenía una intoxicación alimentaria causada posiblemente por consumir pollo crudo, lo cual no era probable pues la dieta de la joven se basa en pescado y vegetales.
Al intentar llegar al origen de la enfermedad, los médicos preguntaron si había estado en contacto con algún animal, la joven contó su experiencia con Catarina, dejando a la felina como principal fuente de contagio, pues probablemente al buscar alimento en la basura, se había infectado con alguna bacteria.
Fue dada de alta, pero regresó al nosocomio 14 días más tarde, pues sintió las piernas entumecidas. Los médicos finalmente le diagnosticaron el síndrome de Guillain-Barre, un trastorno neurológico en el cual el sistema inmunológico ataca al sistema nervioso.
La enfermedad le afecto las extremidades y quedó postrada en una silla de ruedas.
“Perdí el control de mis intestinos y vejiga y no podía usar mis brazos o manos porque estaban muy débiles”, dijo.
La joven pasó varios meses en rehabilitación, aprendiendo nuevamente a caminar y regresó a su estado normal 14 meses después del incidente.
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