Marian Garza y Benny Ibarra, junto con otros integrantes del montaje original, presentan el clásico musical Vaselina en su versión 2023
Del 13 de julio al 17 de septiembre los integrantes del elenco original volverán a presentar Vaselina, pero esta vez en su versión 2023. Marian Garza y Benny Ibarra recordaron anécdotas de la primera vez que esta obra fue montada en lo entonces Televiteatros
Cuando Benny Ibarra y Mariana Garza recuerdan la década de 1980 se trasladan a sus 13 años de edad, cuando abrieron el telón del musical Vaselina, el 8 de marzo de 1984 en los entonces Televiteatros.
Hoy, el mismo predio —los teatros se cayeron con el temblor de 1985—, llamado Centro Cultural Teatro I, volverá a recibirlos con la versión 2023 del musical de nuevo con los personajes de Danny y Sonia, respectivamente.
Hace 39 años, ambos ya formaban parte del grupo de moda Timbiriche, pero Vaselina les dio una proyección distinta y ahí aprendieron de disciplina.
Retomar Vaselina es apostar a la nostalgia y para más de una generación será el tiempo para recordar su infancia, su adolescencia, su emoción por ir al teatro y ver al elenco con el que crecieron.
RECUERDOS DE FAMILIA
Para Benny Ibarra, quien además de ser Danny Zuko es el director musical de esta producción, este proyecto es tan personal, que va dedicado a su familia: a su madre, Julissa, quien trajo la historia a México, y a su padre, Benny Ibarra. También es un tributo a su hermano Alejandro, quien desde aquel 1984 ha sido parte de todas las producciones de Vaselina en México.
En aquellos entonces, nadie sabía el alcance que iba a tener. Ahora que me preguntan ‘¿qué pensabas de chiquito de Timbiriche?’. Pues ¡nada! Era igual que ir al karate, los boy scouts o la natación; sólo distinto porque había mucha atención y cosas sucediendo a esa edad. Pero, profundamente, no teníamos esa madurez para reflexionarlo. Con Vaselina, lo que sucedió es que nos profesionalizó muchísimo, porque el teatro eso hace, por eso le llaman ‘las tablas’, porque es donde se forjan los actores y cantantes, con la repetición, con enfrentarte al mismo texto, ante un público distinto, pero en un mismo lugar, en un ambiente controlado, con límites y grandes maestros”, compartió Benny Ibarra
El cantante y actor recordó que su madre fue parte del equipo que levantó los Televiteatros, recinto de dos escenarios ubicado en avenida Cuauhtémoc y Chapultepec, en la colonia Roma.
Mi madre fue quien construyó estos teatros. Fue la vicepresidenta de los Televiteatros, la mera jefa, así que desde los planos. Con el señor (Pedro Ramírez) Campuzano veíamos las maquetas de cómo se iban a construir los Televiteatros de aquel entonces, esperando a mi mamá. Por eso José el soñador ensayó nueve meses, porque literalmente no estaban los teatros, y estrenó de gira. Con dos teatros, mi mamá empezó a llenarlos con cosas interesantes, entre ellas Vaselina”, dijo.
PASIÓN TEATRAL
Para Mariana Garza, Vaselina significó su enamoramiento del teatro.
Arrancamos ensayos en un salón, pero cuando llegamos al teatro, algo que recuerdo muchísimo es la impresión que me dio, por primera vez, entender qué tan diferente es montar en un espacio y luego llegar al escenario. Esa sensación de ¡ya no me sé nada! Porque era un lugar nuevo y me imponía muchísimo. Estábamos, prácticamente, estrenando el edificio.
Cuando Mariana Garza rememoró Vaselina, también recordó a su novio de la adolescencia, Eduardo Capetillo.
Yo viví en este edifico una etapa de mi vida muy importante, muy bonita. Aprendí a hacer teatro y me enamoré de eso, de todo lo que se requiere, y, a nivel personal, tenía una relación (Capetillo) que para mí era la más seria que había tenido hasta ese momento y eso me ayudó mucho como persona.
Era muy joven y los 30 de la compañía se burlaban de cómo era posible que me tomara tan en serio mi relación, que era absurdo. De las cosas que más me han construido como ser humano y mujer, todas las decisiones que he ido tomando en cuanto a mis relaciones, ahí nacieron, afiancé muchas cosas que sigo pensando hasta el día de hoy y aprendí cosas increíbles, como que el amor es lo más importante, la fidelidad, la lealtad. Eso lo aprendí gracias a esa relación”, compartió.
Mariana vivió episodios de frustración y enojo, pues, desde aquel momento, era estricta con ella misma. Lidiar con la forma de trabajar de 30 personas en la compañía, la conflictuó más de una vez.
De sus compañeras, que están invitadas a formar parte del musical, recordó: “A Thalía no le daba por llegar tarde y Pau (Paulina Rubio) siempre ha llegado tarde, eso no es nuevo. Pero, dentro de estos 30 de la compañía, no era la que más tarde llegaba. Paulina, en Vaselina, lo que yo recuerdo es las fiestas que hacía. Siempre ha sido la que pone su casa y entonces todo el mundo llegaba a las fiestas. Recuerdo que la regañaban porque de pronto se pintaba un mechón rosa y Martha Zavaleta le gritaba: ‘¡Es que es de los 50 (la obra)!’.”
Benny recordó que el ambiente de los camerinos en aquella época, era de mucho relajo, pues eran incontenibles, aunque había adultos cuidándolos.
Siempre fue muy lúdico todo, así lo recuerdo. Era otro México, llegábamos en metro, felices, a dar función. Me acuerdo que grafiteé todo mi camerino. Mi camerino tenía pósters fosforescentes que con la luz negra se encendía y tenía foquitos de colores por todas partes”.
En una de las funciones, le ocurrió un accidente: “Después del primer acto, empapados, sudados, vi un foco que no prendía y en aquel entonces pelaba los cables con los dientes. No me di cuenta y estaba conectado. Me quedé pegado y me sangré. Lo que hice fue salir por los camerinos a correr como loco y me subí al principio del segundo acto, así”.
Todo era nuevo, enamorarse, también.
¿Enamorarme? De Sasha. Y luego tuve más novias, como Thalía, que fue mi novia en la gira. Me daba de besos con una o con otra, nada nuevo. Era así. Digamos que esto era un experimento social y estábamos metido en el mismo lugar mucho tiempo, más del que estás en una escuela. Y luego los teatros tienen muchos recovecos, ¿qué le vamos a hacer?