Los abogados de la expresidenta surcoreana Park Geun-hye insistieron hoy en su inocencia durante la sesión preparatoria del juicio contra ella por su papel en la trama de corrupción de la “Rasputina”, en el que encara 18 cargos distintos.
Como era de esperar, Park, de 65 años, no asistió a esta primera sesión (no estaba obligada por ley a personarse) celebrada en los juzgados del Distrito Central de Seúl apenas una semana antes de que Corea del Sur celebre elecciones para elegir a su sucesor.
Al igual que hizo en los cinco interrogatorios a los que la fiscalía sometió a la exmandataria conservadora, sus letrados negaron hoy con ahínco toda acusación.
Entre los 18 delitos que se le atribuyen a la que fue la primera mujer en presidir el país asiático se cuentan revelación de secretos de Estado, coacción, abuso de poder y soborno, un crimen que Corea del Sur castiga con un mínimo de 10 años de prisión y hasta con cadena perpetua.
La fiscalía considera probado que Park, que está en prisión preventiva desde el 31 de marzo, creó una red con su amiga Choi Soon-sil, conocida como la “Rasputina” por su influencia sobre la expresidenta, a través de la cual obtuvo sobornos de al menos tres grandes empresas por valor de unos 50 millones de dólares.
También se le acusa de coaccionar a empresas para firmar contratos con compañías de su amiga Choi o de crear una lista negra de unos 9.500 artistas a los que consideraba críticos con sus políticas y a los que se les negó su derecho a recibir subvenciones públicas y otras ayudas por el hecho de figurar en dicho listado.
Esta sesión preliminar celebrada hoy tenía como objetivo revisar los cargos de los que se acusa a la exmandataria y comenzar a acordar las fechas para la declaración de los diferentes testigos.
En este sentido, se espera que el tribunal que juzga el caso celebre dos o tres sesiones preparatorias antes de celebrar una primer vista formal en torno a junio.
La hija del general Park Chung-hee, que encabezó una dictadura militar en Corea del Sur de 1961 a 1979, quedó inhabilitada por la decisión parlamentaria, aunque siguió residiendo en la Casa Azul (la oficina presidencial surcoreana) y no perdió su inmunidad hasta el fallo del Constitucional que llegaría tres meses después.
La exmandataria ha tenido problemas para encontrar quien la defienda por la tremenda impopularidad que rodea a su figura, la complejidad y envergadura del caso o las dudas sobre su solvencia financiera (Park vendió recientemente su casa en el exclusivo distrito de Gangnam, en Seúl, para comprar otra menos costosa).