Estados Unidos anunció un plan para aumentar la producción nacional de vacunas covid y compartirlas con el mundo
Presionado por la enorme desigualdad en el acceso a las vacunas contra COVID-19, el gobierno de Estados Unidos anunció el miércoles que pondrá miles de millones de dólares a disposición de las farmacéuticas para aumentar la producción nacional y compartirla con el mundo. Esto con la intención de prepararse para la próxima pandemia.
Según la nueva iniciativa, la Autoridad de Investigación y Desarrollo Biomédico del Departamento de Salud y Servicios Humanos solicitará a las compañías farmacéuticas que tengan capacidad probada de producir las vacunas mRNA que se postulen para recibir inversiones públicas. De esta manera se aumentará su capacidad de manufactura.
En Estados Unidos, Pfizer y Moderna son las dos compañías que cuentan con la autorización para producir vacunas con tecnología mRNA.
La Casa Blanca espera que dicha medida sirva para aumentar la capacidad de producción en 1.000 millones de vacunas al año.
La iniciativa surge en momentos en que el gobierno del presidente Joe Biden está bajo presión, tanto a nivel nacional como internacional, por la desigualdad en el acceso a las vacunas.
A lo anterior se suma el hecho de que muchos estadounidenses ya están recibiendo sus vacunas de refuerzo, mientras que, por el contrario, en muchas naciones pobres la mayoría de la población no ha recibido ni siquiera su primera dosis.
¿Qué tan alarmante es el panorama?
De acuerdo con un análisis de la organización de asistencia internacional ONE Campaign, únicamente el 4,7% de las personas que viven en países de bajos ingresos han recibido la primera dosis de la vacuna.
Las naciones ricas administraron más de 173 millones de dosis de refuerzo, mientras que los países pobres han administrado unas 32 millones de primeras dosis.
El gobierno de Estados Unidos cree que aumentar la capacidad de producción ayudará a aliviar la escasez mundial de vacunas contra COVID-19, sobre todo en los países de ingresos bajos y medios.
En este sentido, la iniciativa impedirá que ocurran muertes prevenibles y limitará el desarrollo de variantes del virus, potencialmente más peligrosas.
“El objetivo de este programa es ampliar la capacidad existente en 1.000 millones de dosis adicionales al año. Y comenzará la producción en la segunda mitad de 2022”, comentó Jeff Zients, coordinador de la respuesta al COVID-19 de la Casa Blanca.
Estados Unidos comprometido con la iniciativa
Zients anunció el miércoles que Estados Unidos ha donado 250 millones de vacunas contra COVID-19 a nivel internacional, la mayor cantidad por cualquier país.
Asimismo, señaló que tiene el objetivo de compartir más de 1.100 millones de dosis para finales de 2022.
Todavía no se han concretado acuerdos con Moderna o Pfizer, pero el gobierno estadounidense espera que el apoyo a las instalaciones, equipos, adiestramiento y personal de las compañías resulte en una mayor capacidad de manufactura.
De igual forma, confía en que, para mediados de 2022, haya suficientes dosis para compartir con otros países. Esto con el fin de prepararse para la próxima emergencia sanitaria global.
En un comunicado, Moderna dijo que no había revisado la propuesta del gobierno de Biden. Sin embargo, esperaba discutirla con las autoridades estadounidenses para apoyarla. Pfizer rechazó comentar al respecto.
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