Te contamos las historias reales de vampiros: Drácula, Elizabeth Báthory y otros casos documentados de vampirismo en la Edad Media
¿Los vampiros existen en la vida real? El reciente estreno de Nosferatu ha reanimado la fascinación por los seres eternos: humanos que persisten entre la vida y la muerte, ocultos en la oscuridad de la noche.
Aunque a primera vista la idea puede parecer descabellada, si echamos un vistazo al pasado, encontraremos historias de personas que, en lugar de alimentarse de comida, se nutrían de la sangre de sus víctimas (aunque no literalmente).
¿Qué son los vampiros?
Para entender más sobre el vampirismo, es importante dejar de lado las ideas románticas que el cine y la literatura han construido. Un vampiro no se limita a ser alguien atractivo, de piel pálida y apariencia misteriosa.
Según el Diccionario de la Real Academia Española, vampiro o vampira es un término de origen húngaro que se define como: “criatura legendaria que, una vez muerta, sale por la noche de su tumba para chupar la sangre de las personas dormidas”.
Como toda leyenda, los mitos sobre vampiros tienen un trasfondo real. El vampirismo no es la excepción.
La historia de vampiros “reales” que no te dejará dormir
Si pensaste en los protagonistas de la saga Crepúsculo, la realidad es mucho más aterradora. Los personajes históricos que inspiraron estas historias están lejos de los clichés románticos y son, en cambio, verdaderas pesadillas.
Jure Grando: el primer vampiro documentado
Jure Grando Alilović, nacido en 1579 en Kringa, Istria (actual Croacia), es considerado uno de los primeros casos documentados de vampirismo.
Tras su muerte en 1656, se decía que por las noches salía de su tumba para aterrorizar a los aldeanos, algo que persistió durante 16 años. Según la leyenda, tocaba las puertas de las casas, y quienes abrían fallecían días después. Incluso su viuda aseguró haber sido visitada y atacada por él en su habitación.
Para acabar con estos eventos, un grupo de aldeanos, liderados por el prefecto Miho Radetić y el sacerdote Giorgio, decidió exhumar su cuerpo. Al abrir el ataúd, encontraron el cadáver de Jure en perfecto estado, con una sonrisa en el rostro. Intentaron clavarle una estaca en el corazón, pero fracasaron.
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Finalmente, tras oraciones de exorcismo, un aldeano lo decapitó con una sierra. El cuerpo emitió un grito desgarrador y brotó sangre, pero desde entonces la aldea recuperó la paz y las apariciones cesaron.
El Conde Drácula: el origen detrás del mito
La figura de Drácula, creada por Bram Stoker, tiene sus raíces en Vlad III, conocido como Vlad el Empalador (1431-1476). Gobernante de Valaquia, en la actual Rumania, Vlad se ganó su apodo por sus brutales métodos de ejecución, especialmente el empalamiento.
Aunque no hay pruebas de que practicara el vampirismo, su fama como un líder sanguinario y cruel lo convirtió en el modelo perfecto para el arquetipo del vampiro.
El vínculo entre Vlad III y el mito de Drácula se refuerza con el folclore rumano, que incluye relatos de strigoi: seres que regresan de la tumba para alimentarse de los vivos. Además, Vlad utilizaba el apellido Drăculea, que significa “hijo del dragón”, en referencia a su padre, miembro de la Orden del Dragón.
Petar Blagojević: ¿el hombre muerto nueve veces?
Tras su muerte en 1725, en el pueblo de Kisiljevo, se reportaron nueve fallecimientos en solo ocho días. Las víctimas, en su lecho de muerte, afirmaban haber sido estranguladas por Blagojević. Incluso su viuda aseguró que él la visitó después de fallecido, pidiéndole sus zapatos. Este hecho la llevó a huir de la aldea por miedo.
Alarmados, los aldeanos exhumaron el cuerpo de Blagojević y descubrieron que no mostraba signos de descomposición; por el contrario, tenía cabello y uñas en crecimiento, además de sangre fresca en la boca. Ante estos hallazgos, un oficial imperial y un sacerdote local atravesaron su corazón con una estaca.
Elizabeth Báthory: la condesa sangrienta
Otra figura histórica que alimentó las leyendas vampíricas es Elizabeth Báthory, conocida como la “Condesa Sangrienta”.
Nacida entre 1560 y 1614, esta noble húngara fue acusada de torturar y asesinar a cientos de jóvenes para bañarse en su sangre con la esperanza de preservar su juventud.
Aunque muchos de estos relatos provienen de testimonios obtenidos bajo tortura, su historia quedó como un ejemplo macabro de vampirismo entre la aristocracia. Algunos historiadores creen que Báthory pudo haber sido víctima de una conspiración política debido a su poder como mujer noble.
El vampirismo en la Europa medieval
Durante la Europa medieval, el temor a los vampiros estaba profundamente arraigado en las creencias populares. En el siglo XVIII, se registraron brotes de pánico vampírico en regiones como Serbia y Polonia.
La ciencia moderna explica estos fenómenos como procesos de descomposición natural o enfermedades como la porfiria, que afecta la producción de hemoglobina y provoca síntomas asociados al vampirismo, como sensibilidad a la luz.
A pesar de estas explicaciones, el misterio sobre la existencia de los vampiros persiste. Es un enigma que seguirá fascinando a la literatura y el cine durante décadas. ¿Tú qué opinas?