Como en todas las películas, Tiempos Modernos tuvo borradores, ideas secundarias, sorpresas y complicaciones que dejaron anecdotarios difíciles de creer
Estrenada en Nueva York en 1936, el filme “Tiempos Modernos” es un gran referente del cine mudo del más grande mimo-comediante, en la historia de la cinematografía, Charles Chaplin.
Las aventuras de un obrero de overol que queda atorado en los engranes de una enorme maquinaria tras varias horas de trabajo, es una de las imágenes colectivas más populares de todos los tiempos.
Aquí te compartimos cuatro curiosidades que quizá no sabías de esta película.
Fue la última aparición de vagabundo
Cuando “Tiempos Modernos” se estrenó, el cine sonoro llevaba ya diez años de explotación comercial. Hasta entonces, Chaplin se había resistido a recitar diálogos, sabedor de que la clave de la universalidad de su humor se hallaba precisamente en la pantomima.
La primera aparición de su personaje “Charlot”, fue en el corto Little Tramp (Pequeño Vagabundo) en 1914.
Con su característico sombrero, pantalones grandes, chaqueta ajustada, zapatos desmedidos, bastón flexible y su inconfundible bigote, el mimo se despidió de la pantalla grande después de 22 años.
Quiso hacer hablar a su personaje dentro del filme
Chaplin tenía previstos diálogos para cada escena de la película, incluso existen archivos de cómo iba a hablar “Tramp”. Pero los resultados no le gustaron y, tras un día de rodaje, cambió de opinión.
Al igual que en Luces de la Ciudad, el filme solo utiliza música y efectos de sonido; mientras que las voces humanas sólo aparecen en segundo plano, filtradas a través de aparatos de tecnología: como el jefe que se dirige a los obreros desde una pantalla de televisión o el vendedor que es sólo una voz en un fonógrafo.
Fue acusado de plagio
Una firma franco alemana llamada Tobis llevó a los tribunales a Chaplin por presunto plagio de ideas y escenas de la película “Viva La Libertad” (A Nous La Liberté), dirigida por René Clair y estrenada en 1931.
En 1947, ante la insistencia de Tobis, Chaplin Studio accedió darle un “modesto pago” para cerrar el caso, según el sitio oficial de Chaplin.
Y se agrega: “Chaplin y sus abogados siguieron convencidos que la determinación de la compañía mayoritariamente alemana fue una venganza por el sentimiento antinazi de “El gran dictador”.
Su final sería sobrio y oscuro
El final que Chaplin filmó era aún más triste que ver al personaje perder el empleo y ser encarcelado de forma alternativa durante una hora y media.
Originalmente mientras “Charlot” (Tramp, como se llama dentro del filme), estaba convaleciente en un hospital, recuperándose de un ataque de nervios, su joven y amada huérfana, Gamin, se convertía en enfermera, separándose de él para siempre.
Este final llegó incluso a rodarse, pero fue finalmente abandonado a favor de una conclusión más alegre. “Saldremos adelante”, se puede leer en el subtítulo; y la pareja, cogidos del brazo, se alejan optimistas por un camino de campo hacia el horizonte.
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NCV