Es una ocasión festiva para los fieles y un periodo de especial significado religioso pues se ponen en la piel de los más necesitados
A partir del domingo 5 de mayo y hasta el martes 4 de junio, millones de musulmanes suníes comenzaron la celebración del mes sagrado de Ramadán, en el que tendrán que abstenerse de beber, comer, fumar y mantener relaciones sexuales durante las horas diurnas hasta que llegue la noche con los rezos y los banquetes en familia y amigos.
El Ramadán tiene lugar cada año en el noveno mes del calendario lunar musulmán. Es una ocasión festiva para los fieles y un periodo de especial significado religioso en la que ponerse en la piel de los más necesitados y sufrir sus mismas penurias, aunque solo sea durante el día.
Durante la festividad, los musulmanes oran durante todas las noches y algunos leen el Corán en familia.
Los rezos del ‘tarauih’, que dan comienzo tras el ‘iftar’, momento de la ruptura del ayuno al atardecer, y se prolongan durante horas con extensas lecturas del libro sagrado.
En los países del Golfo Pérsico, el ayuno se extiende durante más horas que en otras latitudes y se caracteriza por las altas temperaturas diurnas que dificultan el cumplimiento del Ramadán y obligan a las instituciones y empresas a reducir los horarios de trabajo.
En Arabia Saudita, las ventas se disparan durante estos 30 días y los comerciantes compiten para ofrecen los mejores precios de los productos más consumidos, como jugos y pastas dulces y saladas.
Sin embargo, en otros países árabes el Ramadán pone a prueba las economías en crisis y a una parte de la población que no puede permitirse celebrar esta festividad, caracterizada en muchas ocasiones por los abundantes banquetes.
La celebración será diferente este 2019 en Sudán, donde los manifestantes siguen acampados frente al cuartel general del Ejército en Jartum para presionar a los militares, tras el derrocamiento del presidente Omar al Bashir el pasado 11 de abril.
En la sentada de protesta se instalarán grandes carpas con capacidad para hasta mil personas y dotadas de aire acondicionado para ayudar a los manifestantes a soportar el calor durante las jornadas sin agua.
Uno de los organizadores, Fares al Nur, señala que varias empresas van a ofrecer comida a los manifestantes durante el mes sagrado y en algunos barrios de Jartum se preparará el “desayuno” que se toma al anochecer para servirlo en la acampada.
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