Estados Unidos solo ha administrado 8 millones de vacunas de J&J, frente a más de 118 millones de unidades de Pfizer y 98 millones de Moderna
Múltiples estados y localidades de Estados Unidos retomaron este sábado la vacunación con el biológico de Janssen, filial belga de Johnson & Johnson (J&J), once días después de suspender su administración por varios casos de trombosis en mujeres.
Un día después de que la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA, en inglés) diera luz verde a la reanudación del uso de la vacuna contra COVID-19 de J&J, una veintena de estados anunciaron sus planes para volver a administrarla.
Las autoridades de algunos estados, como Maryland, Massachusetts o Maine, volvieron a vacunar con la dosis casi inmediatamente después del anuncio de la FDA, mientras que otros anunciaron sus planes de utilizar de nuevo ese preparado en cuestión de horas o días.
“El estado de Nueva York retomará con efecto inmediato la administración de esta vacuna en todas nuestras instalaciones estatales” de vacunación, anunció este sábado el gobernador de Nueva York, el demócrata Andrew Cuomo, en un comunicado.
Otros estados que reanudaron este sábado la vacunación o anunciaron sus planes de hacerlo a corto plazo fueron Texas, Florida, Nueva Jersey, Connecticut, Arizona, Nevada, Georgia, Colorado, Luisiana, Michigan, Misuri, Tennessee y Virginia.
Los responsables de Vermont prefirieron dejar para la próxima semana la reincorporación a su campaña, mientras que las autoridades de Indiana reabrieron su centro de vacunación más icónico: el ubicado en el autódromo Indianapolis Motor Speedway, que solo ofrece el preparado de Janssen.
California no anunció inmediatamente la reanudación del uso de ese preparado monodosis, pero su condado más poblado, en el que se encuentra la ciudad de Los Ángeles, sí indicó a sus centros de vacunación que podían volver a administrar esa vacuna.
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Estados Unidos solo ha administrado hasta ahora 8 millones de vacunas de Johnson & Johnson, frente a los más de 118 millones de unidades de Pfizer y los 98 millones de Moderna, que se han suministrado en el país desde que empezó la campaña de vacunación en diciembre.
Los estados y localidades del país tienen en su posesión al menos 9 millones de dosis más del preparado de J&J que podrían empezar a aplicar, según los datos de los Centros para la Prevención y Control de Enfermedades (CDC, en inglés).
Las autoridades estatales no dieron demasiados detalles sobre cómo planean combatir los posibles miedos de la población a recibir la vacuna de J&J, aunque la FDA insistió este viernes en que los beneficios del producto “superan sus riesgos conocidos y potenciales”.
En muchas localidades de Estados Unidos, donde la campaña de vacunación está muy avanzada, es posible elegir el tipo de vacuna que se desea recibir al solicitar cita, y las autoridades han subrayado que quienes opten por la de J&J recibirán una advertencia en papel sobre sus posibles riesgos.
Los científicos del Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización (ACIP, en inglés) de los CDC han sugerido que ese aviso diga que las mujeres con menos de 50 años deberían estar al tanto de posibles trombos por la vacuna.
La administración de ese suero se pausó en Estados Unidos el pasado 13 de abril, después de que se detectaran seis casos de trombosis cerebral en mujeres menores de 48 años que habían recibido la vacuna, de las que una falleció.
Hasta este viernes, los CDC documentaron un total de quince casos confirmados de coágulos en mujeres vacunadas con Johnson&Johnson, de las que tres han muerto.
La mayor parte de las pacientes que presentaron trombos tras ser inmunizadas están en la treintena, aunque ha habido casos en mujeres de entre 18 y 59 años.
De las quince afectadas, siete siguen hospitalizadas y cuatro de ellas se encuentran en unidades de cuidados intensivos, según la ACIP.
El síntoma inicial fue dolor de cabeza, que normalmente comenzó a los seis días de haber sido vacunadas, aunque, conforme pasó el tiempo, las pacientes presentaron náuseas, vómitos, dolor abdominal, debilidad en un lado del cuerpo, dificultades para hablar, pérdida de la consciencia y espasmos, detalló el médico.
Siete de las mujeres eran obesas, dos tenían hipotiroidismo, dos presentaban tensión alta y otras dos estaban tomando anticonceptivos; aunque no está claro si esos factores podría contribuir a aumentar el riesgo de desarrollar trombos.
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CAB