El presidente de Israel, Reuven Rivlin, se opone a un proyecto de ley que permitiría establecer comunidades “solo judías” en el territorio, considerada por algunos parlamentarios como racista
Un proyecto de ley que permitiría establecer comunidades “solo judías” ha provocado tal disputa en Israel que algunos de sus parlamentarios árabes estiman que se trata de la iniciativa “más racista” del Gobierno de ese país.
Esta futura Ley Nacional, cuya primera lectura fue aprobada por la Knesset (Cámara de Diputados) en abril, cuenta con el apoyo del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, pero ha sido rechazada por el presidente Reuven Rivlin —quien ha escrito una carta abierta al respecto— y varios partidos de la oposición.
La formación ultranacionalista Yisrael Beiteinu del ministro de Defensa israelí, Avigdor Lieberman, también ha anunciado su oposición, quizás porque teme que afecte a cientos de miles de inmigrantes nacidos en la antigua Unión Soviética a los que Israel aún no reconoce legalmente como judíos.
La propuesta del partido Likud de Netanyahu indica que “La Tierra de Israel es la patria histórica del pueblo judío” donde “se estableció el Estado de Israel”, que es “el estado nacional del pueblo judío en el que aplica su derecho natural, cultural e histórico a la autodeterminación”.
El borrador de ese documento establece que “el derecho a la autodeterminación nacional en el Estado de Israel es específico del pueblo judío” y “el hebreo es el idioma del estado, mientras que el árabe tiene un estatus especial”.
Los datos de la Oficina Central de Estadísticas de Israel indican que la población total de ese país rondaba los 8.5 millones de habitantes a finales de 2017, de los cuales aproximadamente el 20 % eran árabes.
Imagen: @PresidentRuvi
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