En los últimos días hemos visto tres conflictos políticos que han enfrentado a contrarios y a similares para buscar la negociación
Dicen que el poder confunde a los inteligentes y vuelve locos a los… digamos que a quienes gustan de practicar la oligofrenia.
Y es que a últimas fechas ya no se sabe si lo que se defiende es al proyecto de nación o a la enfermiza necesidad de mantenerse en el poder.
Empecemos por Baja California. Luego de que la ciudadanía votara para elegir Gobernador por un periodo de 2 años, el Pleno del Congreso del Estado, de mayoría panista, aprobó de manera unánime ampliar el mandato a cinco años con una ley que pareciera cumplir más intereses personales que de bienestar para los ciudadanos.
Ante la inconformidad incluso se buscó avalar la reforma al articulo octavo transitorio de la Constitución con una consulta ciudadana.
Esta semana, con el argumento de incumplimiento de exámenes de confianza, el Congreso de Veracruz por acuerdo de los diputados de Morena, separó temporalmente de su cargo al fiscal Jorge Winckler. En un momento crítico sobre todo después de los dimes y diretes entre el fiscal y el Gobernador por el caso de la masacre en un bar de Coatzacoalcos.
Llegó a tal grado la disputa que luego de la votación, diputados del PAN no pudieron presentar una denuncia en la Fiscalía General pues el edificio se encontraba sitiado por unos 500 policías que les impidieron el acceso.
Y bueno, ni qué decir de lo que ocurrió en San Lázaro donde Morena buscaba retener la presidencia de la Mesa Directiva durante la mitad de la Legislatura sin rolarla como lo indicaba la Ley con el resto de los partidos.
Lo que a grandes rasgos derivó en la renuncia de Porfirio Muñoz Ledo a la reelección como Presidente de la Cámara de Diputados evitando así una crisis constitucional.
El resultado, la aprobación en lo general a la Reforma a la Ley Orgánica del Congreso que le dará a Morena para el 2021 una vez más la presidencia de la Mesa Directiva por 3 semestres consecutivos al ser mayoría absoluta y otros tres semestres al resto de las fracciones. Cosa que sigue sin agradar a algunos.
En resumen, tres conflictos que han enfrentado a contrarios y a similares, pues incluso los mismos integrantes de los partidos en distintos niveles han tenido que intervenir para buscar la negociación.
Y en donde hasta el Presidente ha declarado que no se debe modificar la ley en función de intereses personales o de grupos. Que no se puede retocar la ley, ni hacer leyes a la medida.
Será que es tiempo de llamar a la mesura y recordar que se gobierna para todos. O es que acaso estamos tocando ya la peligrosa puerta del autoritarismo, disfrazado de democracia hecha a modo, por unos cegados paladines de la justicia. ¿Ustedes qué opinan?
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