Aunque lo habitual es tener perros o gatos en casa, los hurones de un tiempo para acá se han vuelto una especie de moda para tenerlos como animal de compañía
Los animales tienen diversos comportamientos instintivos, por eso es importante, antes de tener una mascota, estar informados de las características que cada uno tiene y más si se trata de especies exóticas como un hurón.
Aunque lo habitual es optar por perros o gatos, los hurones de un tiempo para acá se han vuelto una especie de moda el tenerlos como animal de compañía, sin embargo, su comportamiento a veces no suele ser el esperado.
Aunque guardan ciertas similitudes con perros, gatos o conejos, esta especie tiene su propio comportamiento y normas, por lo que conviene que tengas muy claro cuál es su personalidad antes de optar por uno.
Como tal los hurones no necesitan muchos cuidados, pero sí inversión, a grandes rasgos una especie de estas no requiere sacarlas de paseo y su baño es de forma similar a los perros, con un baño cada uno o dos veces al meses.
En promedio viven entre 5 y 10 años, y pueden llegar a medir hasta 45 centímetros, siendo siempre el ejemplar macho más grande que las hembras.
Dicho lo anterior, en cuanto al comportamiento se parecen más a los gatos si tenemos en cuenta que adiestrarlos no es posible salvo en algunas cuestiones concretas como hacerle aprender su nombre o educar para que se acostumbre a elegir un solo lugar donde hacer sus necesidades.
Al margen de eso, se comportará bajo sus propias leyes, hará lo que le apetezca y escuchará a su instinto siempre antes que a ti. No son ni de lejos tan leales como un perro, pero no tienen ese carácter de mirarte por encima del hombro de los gatos.
El rasgo de personalidad más llamativo de los hurones es lo juguetones que son. Siempre están buscando travesuras nuevas a las que enfrentarse. Resultan muy divertidos de observar e interactuar, pues se toman muy en serio sus objetivos y siempre parece que van a descubrir un nuevo territorio.
Al igual que perros y gatos, el mejor estado para convivir con un hurón es la semi-libertad. Tener al animal por la casa como un conviviente más, y no encerrado en una jaula como es más común tener a hámsters o conejos.
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En el caso particular del hurón, este es demasiado activo para estar encerrado en un espacio minúsculo, por una cuestión de estrés resulta muy duro para él no poder explorar y jugar fuera.
Sin embargo, el hurón es tan activo, enérgico y curioso que es necesario rediseñar la casa para evitar que pueda hacerse daño.
Esto debes de tener en cuenta:
- Limitar las estructuras por las que él pueda escalar: nada de estanterías que comiencen en el suelo, son un peligro mortal.
- Las ventanas siempre deben estar cerradas, pues los hurones no dudarán en explorar qué se siente fuera de casa y podrían no regresar.
- Controlar los huecos por los que pueda meterse, pues como buen animal de madriguera será uno de sus sitios predilectos.
- Horno y lavadora, habrá que tenerlos cerrados siempre.
- Puede ocurrir que muerdan los cables eléctricos, pese a no ser roedores tienen un gusto muy peculiar por morder.
Otro de los factores a considerar es que los hurones no son buenos compañeros de cualquier animal herbívoro como conejos o hámsters, pero sí pueden convivir perfectamente con perros y gatos.
Aunado a lo anterior en esta especie no es extraño que muerdan a sus dueños, sin embargo es importante destacar que no se trata generalmente de mordeduras graves, sino más bien fruto del juego, similares al daño que puede a infringir un gato que no controla sus energías o un perro mordiendo en clave de juego.
Algunos ejemplares macho resultan algo más agresivos y frustrantes para sus dueños, pues no son tan abrazables y se muestran algo más ariscos, las hembras por el contrario suelen ser más favorables a la paz.
En cuanto a los menores de edad, los expertos aconsejan no tener un hurón sobre todo si se trata de un bebé, después de los 3 o 4 años es posible que se pueda tener alguno.