Existen factores de riesgo maternos que afectan el desarrollo del cerebro fetal y con ello predisponen la aparición de trastornos conductuales del desarrollo, incluyendo la esquizofrenia.
La esquizofrenia es un trastorno mental grave que afecta a cerca del 1 % de la población a nivel mundial,y que se caracteriza por una distorsión del pensamiento, las percepciones, las emociones, el lenguaje, la conciencia de sí mismo y la conducta, afectando la calidad de vida personal, de pareja, familiar y social de quienes lo padecen.
Aunque es más frecuente su desarrollo en hombres que en mujeres, esta enfermedad generalmente manifiesta sus primeros síntomas al final de la adolescencia o en la juventud. No obstante, aún existen muchas interrogantes acerca de los detonadores de este mal incurable.
Pese a que se han desarrollado múltiples investigaciones en todo el mundo, aún no se han identificado todas las causas que pueden llevar a la aparición de la esquizofrenia, aunque se reconoce la confluencia de varios factores biológicos, por el ejemplo el genético ya que si alguno de los progenitores padece esquizofrenia, los hijos tienen una probabilidad de padecerla que va del 10 al 15 %; y si ambos tienen la enfermedad, el riesgo aumenta hasta el 40%.
Sin embargo, recientemente se dio a conocer una nueva investigación publicada en Nature Medicine la cual ha revelado que la placente podría ser el eslabón perdido entre los factores de riesgo maternos que afectan el desarrollo del cerebro fetal y con ello, predisponen la aparición de trastornos conductuales del desarrollo, incluyendo la esquizofrenia.
Hasta ahora no se conocía la existencia de ningún gen vinculado directamente a la enfermedad, y sólo se sabía que la desnutrición, las infecciones virales y las complicaciones durante el parto podrían incrementar el riesgo de que el bebé llegara a desarrollar la enfermedad en el futuro.
De acuerdo con el reciente estudio, fue el director del Instituto Lieber para el Desarrollo del Cerebro en Baltimore (EEUU), Daniel Weinberger, y su equipo quienes descubrieron que aproximadamente un tercio de los genes asociados con la esquizofrenia se encuentran en la placenta. Pero ciertas variaciones en el ADN de estos genes solo resultan en esquizofrenia si hay complicaciones durante el embarazo.
Si la madre o el bebé experimenta una importante complicación de salud durante el embarazo, las variantes podrían activar estos genes en la placenta e inducir inflamación o afectar el desarrollo del feto, lo que aumenta el riesgo de esquizofrenia al menos cinco veces en comparación con alguien con un alto riesgo genético solo.
Los investigadores del Instituto Lieber estudiaron los casos de 2.800 adultos de distintos países, de los que 2.038 tenían esquizofrenia, lo que les permitió observar una importante interacción entre los genes asociados con el riesgo de esquizofrenia y posibles complicaciones en el embarazo.
Esto permitió hacer una serie de análisis en numerosas muestras de placenta, especialmente en gestaciones complicadas.
“Los resultados sorprendentes de este estudio hacen que la placenta sea la pieza central de un nuevo campo de investigación biológica que relaciona cómo los genes y el medio ambiente interactúan para alterar la trayectoria del desarrollo del cerebro humano”, señaló el líder del estudio, Daniel Weinberger.
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