Las autoridades sanitarias del Reino Unido investigan los efectos secundarios de la tirzepatida y aseguran tener un control estricto del medicamento.
La muerte de Susan McGowan, una enfermera de 58 años de North Lanarkshire, conmocionó al Reino Unido, tras vincularse su fallecimiento al medicamento para bajar de peso similar al Ozempic. Susan, quien trabajó durante más de 30 años en el Hospital Universitario Monklands en Escocia, recibió dos inyecciones de tirzepatida (Mounjaro) y falleció el 4 de septiembre. La causa de su muerte incluyó insuficiencia orgánica múltiple, shock séptico y pancreatitis, con el uso de Mounjaro señalado como un factor contribuyente.
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a sobrina de Susan, Jade Campbell, declaró que su tía “siempre había tenido un poquito de peso extra, pero nunca tuvo problemas de salud” y describió a Susan como una persona alegre y generosa. “Era el alma de la fiesta en el hospital”, recordó. A pesar de la esperanza que Susan tenía en este nuevo tratamiento, días después de la segunda inyección comenzó a experimentar severos dolores estomacales y náuseas, lo que la llevó a buscar ayuda en urgencias, donde sus colegas intentaron salvarla sin éxito.
Mounjaro, un medicamento perteneciente a la clase de los agonistas del receptor GLP-1, fue aprobado en el Reino Unido en 2023 para ayudar a la pérdida de peso, con un precio aproximado de entre 150 a 200 libras (entre 190 y 360 dólares / 3 mil 900 y 5 mil 200 pesos mexicanos) por un suministro mensual. Aunque está disponible en farmacias, su uso en el NHS sigue siendo limitado debido a su alto costo.
La Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios (MHRA) también anunció que controla estrictamente los medicamentos nuevos como Mounjaro, utilizando su sistema de tarjeta amarilla para registrar cualquier efecto secundario sospechoso. Entre enero y mayo de 2024, hubo 208 informes relacionados con tirzepatida en este esquema, incluidos casos graves y una presunta muerte.
Un portavoz del fabricante, Lilly, aseguró que la seguridad del paciente “es la principal prioridad” y que el medicamento fue aprobado luego de una “evaluación exhaustiva de sus beneficios y riesgos”.
Piden revisar efectos secundarios del fármaco
Jade Campbell expresó su preocupación por la expansión del uso de estos medicamentos en el país y espera que el gobierno del Reino Unido reconsidere su política actual.
“Creo que uno confiaría en cualquier cosa que esté respaldada por el gobierno. Le pediría a las personas que hablen con su médico de cabecera antes de tomar la decisión de inyectarse para bajar de peso”, recomendó.
El Departamento de Salud del Reino Unido anunció recientemente una colaboración con Lilly para realizar un estudio de cinco años en el que participarán hasta 3 mil personas desempleadas, con el objetivo de evaluar si Mounjaro puede ayudarles a regresar al mercado laboral. Además, el Servicio Nacional de Salud de Inglaterra planea una evaluación más amplia con hasta 250,000 personas para determinar el impacto de este medicamento en el manejo de la obesidad. Aunque muchos, como el secretario de Salud, Wes Streeting, han elogiado estos medicamentos como “cambios de juego” en la lucha contra la obesidad, casos como el de Susan McGowan están generando dudas.
El Dr. Naveed Sattar, profesor de medicina metabólica en la Universidad de Glasgow, comentó a la BBC que aunque los medicamentos GLP-1 han demostrado eficacia, “es difícil establecer causa y efecto en casos individuales”.
Destacó que para muchos pacientes estos medicamentos representan una gran oportunidad para mejorar su salud, dado que ayudan a perder peso significativamente. Sin embargo, casos recientes han hecho que la comunidad médica tome una postura cautelosa, insistiendo en un uso controlado y bajo supervisión. El gobierno británico no ha hecho comentarios sobre si evaluará la situación del medicamento Mounjaro tras la muerte de Susan.