Los productos fueron localizados gracias a que una reportera colocó localizadores en ellos.
En febrero se reportó un terremoto en Turquía, que le costó la vida a 50 mil personas, por lo que en la Ciudad de México se montó un centro de acopio para recibir donativos que serian enviados a los damnificados, aunque cuatro meses después se ha confirmado que el apoyo no llegó a su destino.
La periodista Pamela Cerdeira, dio a conocer por medio de su canal de youtube que los productos que donó, nunca salieron de México, y están siendo vendidos en un tianguis de la CDMX, esto lo comprobó gracias a que colocó AirTags, localizadores a los productos que donó.
En ese seguimiento, también realizó una solicitud de información para conocer la magnitud de la recaudación y el destino. De acuerdo con la respuesta de la Secretaría de Gobierno de la Ciudad de México, se reunieron 30 toneladas, y también le respondieron que fueron enviadas a Turquía. Primero, supuestamente, fueron enviados al Aeropuerto de Santa Lucía, específicamente al hangar de la Secretaría de Defensa. Pero la mentira fue descubierta gracias a los AirTags: lo víveres jamás llegaron ni siquiera a Santa Lucía.
Por medio de los dispositivos, Cerdeira ubicó sus donativos. Ambos fueron separados desde el 15 de febrero, después de haber sido recolectados en el Zócalo. En ese momento, el papel de baño estaba en la Secretaría de Gobierno y el arroz, en la Secretaría de Finanzas. Cerdeira también publicó el seguimiento de los donativos a través de una cuenta de Twitter (@adondeva). Y fue así cómo se supo cuál fue el posterior destino de los artículos.
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Uno, el papel de baño, estaba en un mercado de Tacuba. Después de dar con el lugar, preguntó durante dos días a los locatarios para poder llegar exactamente al paquete que ella había mandado (el AirTag fue introducido al interior de la bolsa, en un tubo de cartón del rollo, para que no fuera detectado externamente y pudiera ser arrancado). Cerdeira finalmente llegó al puesto y al paquete exacto que cuatro meses atrás había donado y que, en teoría, debía estar en Turquía y que el gobierno de la Ciudad de México dijo haber mandado.
Al preguntarle al comerciante cómo lo había adquirido, respondió que se lo compró a unos jóvenes en La Merced. Por otro lado, el paquete de arroz fue hallado en una escuela en la que un diputado tiene un banco de comida. A esa institución no le permitieron acceder a la periodista, pero a través del radar reflejado en el teléfono supo que estaba ahí.
Los AirTags se sincronizan con los dispositivos compatibles de Apple, por lo que durante todos estos meses el seguimiento fue constante. El hecho es que el gobierno de la capital mintió no solamente una vez, cuando aseguró que los donativos iban a llegar a Turquía, sino una segunda, en la solicitud de información, al decir que efectivamente habían cumplido con su destino.
Los destinos son completamente diferentes. En cuanto al papel, habría que conocer la forma en la que los primeros comerciantes lo adquirieron. Seguramente, lo vendieron por debajo de su precio, porque esas son las ofertas que se suelen hacer cuando se vende en vía pública. Pero faltaría saber si ellos lo compraron o si fue hurtado. Y para el arroz debería haber una respuesta del diputado que tiene su banco de comida en la escuela.