Los integrantes de GU creían que un grupo de “los Rojos” pretendía tomar la plaza de Iguala y supusieron que la movilización estudiantil era parte de la operación rival
La investigación del caso Ayotzinapa, que inició en septiembre de 2014, podría dar un giro al revelarse detalles de cómo operaron la logística los líderes de Guerreros Unidos (GU), quienes son juzgados en la ciudad estadounidense de Chicago.
Según informes, la noche del 26 de septiembre de 2014 en la ciudad de Iguala no habrían desaparecido 43 personas, sino un grupo de entre 50 y 60, además de que hubo seis muertos más.
Jefes de esa organización criminal dieron órdenes desde Chicago de involucrar a policías en la detención de estudiantes y de pedir apoyo del Gobierno estatal ante la magnitud del conflicto desatado.
Lo anterior está documentado en conversaciones telefónicas sostenidas por jefes de GU con sicarios en Iguala. Dichas conversaciones, a través de mensajes de blackberry e interceptadas por agencias estadounidenses con autorización de un juez, forman parte de un expediente judicial con los que se procesa a ocho operadores del grupo criminal en Chicago.
Los ocho líderes del grupo criminal están detenidos en una cárcel de Illinois por tráfico de droga y no han sido interrogados por los hechos de Guerrero.
Conforme a la información recaudada, junto con la agresión de GU a los estudiantes de Ayotzinapa movilizados en Iguala, ocurrió un enfrentamiento armado con un grupo de “Los Rojos”, en el que hubo por lo menos seis muertos.
Los integrantes de GU creían que un grupo de “los Rojos”, enviados por Santiago Mazari, alias “El Carrete”, pretendía tomar la plaza de Iguala y supusieron que la movilización estudiantil era parte de la operación rival.
Toda la información está en poder de la Procuraduría General de la República y ha sido compartida con expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y familiares de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.
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