Hasta el momento se han catalogado 100 bacterias y 300 especies que se encontraban sepultadas.
Un bosque de cipreses que hace 60 mil años se ubicaba el Golfo de México, quedó enterrado en 2004, tras el paso del huracán Iván. Fue hallado en diciembre de 2019, cuando buzos estadounidenses extrajeron troncos no fosilizados en las costas de Alabama.
Actualmente, el bosque es un punto de estudio para científicos farmacéuticos, pues aunque los árboles están muertos, su madera se conservó gracias a la falta de oxígeno y a distintas capaz de arena.
Para aprovechar la situación, científicos de la Universidad de Northeastern y Utah realizan un trabajo de investigación y catalogación de los microorganismos encontrados y lo dieron a conocer.
Hasta el momento se han catalogado 100 bacterias y 300 especies. Tras quedar sepultadas, los microorganismos establecieron relaciones simbióticas y se sirvieron de los árboles como alimento.
El valor farmacéutico radica en un antibiótico encontrado con anticipación precisamente en las bacterias que conviven con los organismos llamados bromas. Dicho compuesto está vinculado a su vez con el tratamiento de infecciones parasitarias.
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AFG